24.- A dormir ya, carajo.

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Al llegar al mostrador tuve que echar una foto ya que fue graciosísimo. Un equipo estaba frente a otro mirándose con ansias de desafío.

Sendou se cogía del hombro mientras veía con rabia a Chigiri quien se arremangaba la manga posando divinamente. Darai miraba por encima del hombro a Reo quién sonreía con confianza. Nagi estaba de cuclillas en el suelo imitando a quien parecía un doberman literalmente. Y, por último, Otoya posaba frente al varón de ojos chiquitos de forma divertida.

– Venga, chicos, debemos registrarnos. -- Dijo Aiku como un padre cortando el rollo.

...

– Pon mi nombre como "el monstruo" -- Canturreó el de mechas rubias.

– ¡A mi ponme como "ninja bambam"! -- Me causó mucha ternura el "bambam" de Otoya quién lo dijo mientras posicionaba sus manos como si fuera a hacer un jutsu.

– Ponme como "buda elegante" -- Dijo nuestra diva favorita, Aryu.

– ¡CÁLLENSE! ¡También puedo poneros como idiota A, B y C! -- Exclamó Karasu harto de sus tonterías.

Me reí cuando de golpe reinó el silencio, todos se voltearon a verme mientras yo no podía aguantar la risa.

– Que linda... -- Escuché a alguien murmurar pero no pude distinguir quién... En fin.

...

– ¡¡ES BAROU!! -- Escuché gritar a los chicos mientras rodeaban a un chico de tupe inconfundible.

Fui corriendo a saludarle cortando mi cordial conversación con Yukimiya y Aiku. Me lancé encima de él vociferando su nombre.

– ¡Barou, que casualidad! -- Lo abracé mientras él me miraba asqueado. – ¡Oh, venga! ¡Tú sabes que extrañaste a tu paciente favorita!

– TE DIJE QUE NO SOY TU PUTO PSICÓLOGO. ESO FUE SOLO UNA VEZ. -- Le picaba los cachetes mientras le decía lo mentiroso que era.

– ¡Tch, al menos, estás aquí, pequeña molestia! Si solo hubieran venido estos pesados seguramente los hubiera asesinado ya. -- Entonces los ojos rojos de Barou captaron a Nagi tocando su bola de bolos. – ¡HEY, NO LA TOQUES CON TUS ASQUEROSAS MANOS!

– ¿Puedo tirar por ti la siguiente? -- Exclamó Bachira emocionándose.

– TE MATARÉ. -- Respondió Barou enfadado mientras Isagi se descojonaba.

– ¿Y este loco fue tu "psicólogo"? -- Dijo Chigiri acercándose a mí.

– Bueno, da grandes consejos y es entretenido verle criticar a la gente. Él y yo tenemos algo en común, somos MUY ruidosos cuando nos quejamos de algo o discutimos. -- Le informé al pelirrojo.

Al parecer, el hobby de Barou son los bolos, los llama su santuario personal. Era muy bueno el cabrón. Pero debíamos empezar nuestro juego, al que se unió Barou por mí. ¡Además, conseguí su número de teléfono! Me agregó como "molestia soportable", que malo.

...

Los dos equipos iban muy igualados, yo iba y venía reponiendo las bebidas o ayudando a los trabajadores, pero en ese momento me quedé a observarlos ya que se veía que lo pasaban bien y me lo contagiaban aunque... De nuevo venían esas horribles sensaciones... La de que yo no debería estar allí, que no era mi lugar, y la de que me faltaba gente con quien compartir este momento.

Meneé la cabeza para sacarme esas ridículas ideas y, cuando mi vista se centró en el juego, Chigiri había hecho una "Chuza", es decir, que tiro todos los bolos de un tiro.

– ¡¡BIEN, DEMONIOS!! ¡¡BUENA ESA, PRINCESA!! -- Celebró el histérico Karasu.

Bachira e Isagi se le tiraron a la espalda mientras el pelirrojo levantaba el puño victorioso. Yo solo aplaudí, debo admitir que tiro de buena forma, muy bonito.

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora