37.- ¿Porqué a mí me toca vivir este infierno?

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Morales y ética... Estaba tirada en mi cama, era por la tarde y ya había llegado a casa después de la grandiosa aventura en el chalet.

Mi vida se estaba desmoronando. ¿Cómo podía besar a 9 chicos diferentes en menos de 24 horas y estar tan tranquila? Si fuera Otoya, estaba segura de que esto no sería nada... Pero no podía evitar pensar que pude hacerles daño a ellos o a otros, indirecta o directamente.

Aaaaa... Parecía que yo estaba cavando mi propia tumba. Esto estaba mal, pero era tan entusiasmante. Cualquiera me llamaría de la peor forma posible... Y no mentía cuando decía que incluso yo lo hacía. ¿Será lo que dijo la madre de Rin Rin?

No sentí o no aprendí que es el amor correctamente y ahora lo estaba experimentado de todas las formas que tenía disponibles. Ellos solo cayeron víctimas de mi ignorancia... Y yo solo me estaba aprovechando de ellos para mí crecimiento personal.

Ese método... Era normal que lo aplicará es lo que llevaba observando durante todo Blue Lock y es lo que me enseñaron a hacer. Superponer mi beneficio al del resto, que primero soy yo y después serán los demás. Pero no podía dejar de sentir culpa con ellos porque ya había establecido una cercanía que me obligaba a ver por su bien también.

A lo mejor solo lo estaba sobrepensando todo. Los humanos tendemos a ver problemas donde no los hay. A nuestro cerebro le encanta resolverlos, por lo tanto, al estar falto de estímulos, él mismo crea dichos dilemas. Igualmente, al haber más personas involucradas me hace más difícil restarle importancia...

Después de todo no puedes entender al 100% a una persona, ya que no piensas como ella, no experimentas la situación como ella y, a pesar de poder intentarlo, nunca llegaremos a ese máximo nivel de comprensión. Y por muy genia que sea, y muy buena analista que sea, lo mismo pasaba conmigo... Un ser humano es la cosa más indescifrable del mundo, un partido de fútbol es diferente.

...

– ¡Rin Rin! Es muy raro que me llames. -- Dije con felicidad al ver que tomó la iniciativa.

– Si si, sé que hoy tenías que volver así que pensé que podríamos quedar. Es más, no lo pensé, lo vamos a hacer. Estoy en frente de tu puerta. -- Su tono parecía ser una confusa mezcla entre rudeza y nerviosismo.

– Ammm... Rin Rin, acabo de llevar y estoy reventada... -- Me quejé.

– Pues déjame pasar, ¿O me dejarás aquí afuera? -- El chico me estaba chantajeando.

– No sabes las ganas que tengo de dejarte allí fuera por borde, pero está bien te dejaré pasar. -- Colgué mientras bajaba a abrirle.

En el camino pasaron varios pensamientos por mi cabeza. El primero fue que Rin debía ser un buen besador, el segundo fue que no debía estar imaginándome cosas... Y el tercero fue.

– ¡Que le den por culo a las morales, a la ética y a la vida! -- Exclamé mientras abría la puerta para jalar a Rin adentro de casa.

Lo arrastré hasta el sofá y lo tiré mientras me sentaba en su regazo acercándome peligrosamente a sus labios. Un poco de cordura llegó a mi mente y, después del daño que le hice en el partido de la Sub-20 y de lo que pasó en su casa, me dije que debía ser cautelosa con él.

– Rin Rin... -- Lo llamé con ansías viendo cómo él tragaba saliva a la vez que posicionaba sus manos en mis caderas. – Déjame probarte solo un poco...

Él no confiaba en mí plenamente, lo noté en su lenguaje corporal... Era normal, pero mis hormonas y mi codicia solo quería más de aquellos chicos o, al menos, hasta que tuviera un final con alguno de ellos.

– ¿Porqué...? ¿Porqué tan repentino...? ¿Que ha pasado, ________? -- Preguntaba intentando mantener la calma.

– Han pasado tantas cosas, Rin Rin... No te lo imaginas, me ponéis tan mal pero me sabéis tan bien... -- Mis manos se paseaban por su piel desesperada. – Solo un beso, no quiero ir más allá... ¿No quieres lo mismo?

¿Un fútbol monocromo? (Blue lock × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora