16. El festival de invierno

29 3 4
                                    

Al día siguiente, me levanto y me visto; me pongo una falda tejana y un jersey de lana. Así ya estoy cambiada para la tarde, que iremos con mis amigos al festival de invierno. He esperado todo el año para esto y tengo muchas ganas de disfrutar con toda la comida y las actividades que habrá.

Bajo a la cocina y me encuentro a mi hermana con un libro de recetas, al parecer quiere cocinar algo navideño porque lleva puesto su delantal.

–¿Qué vas a hacer? –pregunto.

–Quería hacer galletas con decoración navideña, pero es muy difícil.

–Déjame ver.

Miro el libro y leo toda la receta, no me parece tan complicado.

–Es fácil, ¿por qué no te lo parece?

–Porque lo último es decorar las galletas y nunca lo he hecho, me saldrá mal.

–Clarita, ten más confianza en ti misma –digo–. Has cocinado cosas más complicadas, venga.

Me pongo un delantal y empiezo a sacar los ingredientes, mi hermana con una sonrisa en el rostro me ayuda a pesar las cantidades y nos ponemos manos a la obra.

Nos sentamos a ver una película para esperar que las galletas se acaben de hacer al horno. De repente, oigo a mi hermana exclamar un grito de alegría y se levanta del sofá. Yo la sigo extrañada y lo que veo a continuación me asombra; ¡está nevando!

Mi hermana se pone su abrigo, junto con su bufanda y gorro y sale al exterior; yo la acompaño bien abrigada y vemos como caen los copos de nieve.

–¡Por fin, es increíble! –grito emocionada.

–¡Ya era hora! –responde mi hermana.

Abrimos la boca para intentar cazar algunos copos como hacemos cada año, es una competición de hermanas.

–¡Ya llevo dos! –exclama ella.

–Yo uno.

Continuamos durante un rato hasta que oigo una puerta que se cierra, proviene de la casa de Liam. Le veo venir sonriendo con su gorro y empieza a cazar copos con mi hermana. Ella se empieza a reír y yo sonrío, pero enseguida recuerdo que fue él quien me mandó todos los regalos anónimos.

–¡Hola, Lia! –me dice abrazándome– Por fin está nevando, ya lo estabas deseando.

–Sí.

–Tengo ganas de ir al festival esta tarde, nos lo pasaremos muy bien.

–Oye, Liam...

–¡He cazado cinco! –me interrumpe mi hermana.

–¡Qué bien, peque! –contesta él y me mira– ¿Qué me ibas a decir?

No creo que este sea el momento más oportuno para hablar de ello, así que me invento algo.

–Nada, solo que tenemos que entrar para que no se nos quemen las galletas –y me dirijo a Clara–. Vamos dentro, ya es la hora.

–¿Habéis hecho galletas?

–¡Sí! –exclama mi hermana.

–¿Me podéis guardar alguna? –pregunta él.

–Ven con nosotras –propone Clara.

–No creo que sea buena idea, seguro que tiene cosas que hacer –comento–. Ya le traeremos alguna más tarde.

–De ninguna manera, para vosotras siempre estoy libre –me guiña un ojo.

Dicho esto, mi hermana le coge de la mano y entran los dos en casa. Oh no, mala idea.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora