Pasan las semanas y ya no hablo con mi chico del café. Cuando voy a Daisy's con mi hermana, ya casi no le veo. Normalmente está muy ocupado, pero alguna vez que nos ha tomado nota no me ha preguntado nada sobre mi vida, ni yo sobre la suya; como si fuéramos dos desconocidos de nuevo.
Tampoco hablo con mis amigos, ya que ahora Matthew siempre me lleva a la mesa de sus colegas, aunque sigo sintiéndome incómoda por todos los comentarios machistas que dicen. No encajo ahí y yo quiero estar con mi grupo, pero siempre que quiero quedar con ellos, mi novio me dice de pasar tiempo juntos. Y como no quiero decepcionarlo, siempre acabo aceptando.
Por fin es viernes, llego a casa cansada después de una larga semana muy dura. Casi sin hablar con mis amigas y sintiéndome mal cada vez que entro a Daisy's porque Dani me trata con indiferencia. En parte le he tratado mal, pero no sé por qué se mete en mi relación con Matthew, él no lo conoce como yo. Mis amigos tampoco tienen ni idea del esfuerzo que hace Matt para mimarme tanto, con todos los planes que me organiza y esos regalos anónimos tan románticos.
Puede que no sea yo la que se esté alejando de ellos, simplemente como no les cae muy bien Matt, han decidido apartarse de mí. Estoy decepcionada y molesta a la vez con ellos, como si no se alegraran de la relación que tengo con mi novio. Puede que sientan envidia, pero entonces no son amigos de verdad.
Subo las escaleras para ir a mi habitación y veo a Clara en el pasillo jugando con su casita de muñecas. Cuando me ve no me saluda, simplemente se centra otra vez en su juego. Estas últimas semanas no vuelve conmigo a casa, siempre se queda con alguna amiga. A veces, incluso, la he visto con Abby y Brooke, las tres se iban hablando y riendo, como si me estuvieran sustituyendo.
Intento apartar los malos pensamientos y me siento a su lado para hablar con ella.
–¿Qué te pasa últimamente? –le pregunto.
–¿A mí? Qué es lo que te pasa a ti –contesta.
Frunzo el ceño extrañada.
–¿Cómo? ¿A qué te refieres?
–No entiendes que tu novio me cae mal, entonces tengo que volver siempre con una amiga, o con las tuyas –explica–. Están muy preocupadas por ti porque ni siquiera quedas con ellas, y en clase solo las saludas.
–¿Has hablado esto con ellas? Es un asunto nuestro, no tienes que meterte.
–Soy tu hermana y me meto todo lo que quiero.
Habla como una persona adulta y eso me enfada.
–Pero bueno, ¿quién te ha dado vela en este entierro?
–Deja de comportarte como tu novio quiere que te comportes.
–Pero, ¿de qué hablas? No sabes nada de mi relación.
–Tus amigas se preocupan por ti y tú les estás dando la espalda.
–Oye niña, no voy a discutir esto contigo.
–Tengo doce años.
–Es que me da igual, es mi vida. Mis amigas no conocen a Matthew, lo han juzgado antes de tiempo.
–Eso es mentira, tú no lo conociste antes.
–¿Y tú sí? –digo molesta.
Ella desvía la mirada y me doy cuenta en este momento que sabe más de lo que dice. Seguidamente, se levanta y se encierra en su cuarto.
Voy a mi habitación frustrada y oigo un mensaje en mi móvil. El profesor de mates ha enviado mis ejercicios corregidos, unos que cuentan nota. He suspendido, no he acertado ni uno.
ESTÁS LEYENDO
SIEMPRE FUISTE TÚ
RomanceLaia vive en Camden, un pequeño pueblo del estado de Maine, donde todos se conocen. Empieza su último año de instituto junto a su grupo de amigos antes de marchar a la universidad, donde quiere ejercer de artista y abrir su propia galería. Pero tend...