Pasan unas semanas y cada vez están más cerca las fiestas de Navidad, así por fin me puedo despedir del instituto hasta el año que viene, que será el último. Estoy deseando empezar la universidad y dedicarme a lo que realmente me apasiona, el arte.
Es sábado y estoy escuchando un mix de canciones de Selena Gomez, Shawn Mendes y Justin Bieber mientras pinto mi nuevo cuadro. En éste estoy representando el festival de invierno con los copos de nieve y, en medio, he dibujado un chico y una chica mirándose mientras él le coge el rostro con ambas manos.
No sabía que podía llegar a ser una romántica con mis pinturas, ya que siempre dibujo paisajes. Es la primera vez que salen personas en una de mis obras, pero no se me queda un gusto amargo, sino al contrario. Es como si estuviera contando una historia y dejara a todos los espectadores con la intriga de lo que pasará al final.
Oigo una nueva notificación en mi móvil y la leo.
Mi chico del café: Oliver me pregunta si puede venir a jugar con Clara, si les va bien a tus padres, claro.
Yo sonrío, ya que cada vez hablamos más por whatsapp, aunque sean cosas sin importancia como bromas o a qué hora me pasaré por Daisy's. Pero siempre acabamos sacando más conversación de cualquier cosa, lo extraño es que cada vez tengo más curiosidad por conocerle mejor.
Yo: ¡Claro! Les pregunto a mis padres si podéis venir.
Mi chico del café: Dejaré a Ollie y me iré a trabajar, es fin de semana y me toca currar por las mañanas.
Yo: Lo sé, me conozco tu horario de memoria jeje. Por eso me refería a esta tarde, así también te veo.
Qué vergüenza lo que acabo de poner, pero ya es demasiado tarde para borrarlo.
Mi chico del café: En ese caso, estaré encantado de venir ;)
Yo sonrío y me salta otra notificación, esta vez es de Liam. Hace semanas que estoy raro con él, aún no le he dicho nada porque no sé cómo hacerlo. Es una amistad de tantos años que tengo miedo de perderla cuando sepa que yo no siento lo mismo por él.
Liam: ¿Podemos hablar? Últimamente me contestas muy secamente y necesito saber qué te he hecho para poder arreglarlo, ya que echo de menos a mi mejor amiga.
Yo: Hablamos mañana en la plaza.
Liam: De acuerdo, gracias Laia.
Dejo el móvil en la cama, al lado de mi oso de peluche que me regaló Dani, y alguien pica a mi puerta.
–¡Adelante!
–¿Puedes bajar un momento, cielo? –me pregunta mi padre– Te ha llegado una caja.
–¿Una caja? –me giro para mirarle.
–Sí, supongo que ya no estás tan segura que sea Matthew quien te las envía, ¿no?
–No, él no es.
–Ya veo... –y observa mi cuadro–. Te está quedando muy bien, enhorabuena.
–¡Gracias!
Hace unos días decidí mostrarles a mi familia las pinturas que he hecho hasta el momento. Tenía miedo de que no estuviera a la altura, pero al parecer me equivocaba, ya que les han maravillado todas.
Bajo las escaleras y me encuentro una caja pequeña, la cojo y subo a mi habitación porque quiero privacidad. Me siento en la cama y la abro; son tres estrellas de papel hechas a mano, al lado de ellas hay una nota doblada. La abro y pone: tres estrellas por cada beso que te quería dar en el festival.
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SIEMPRE FUISTE TÚ
RomanceLaia vive en Camden, un pequeño pueblo del estado de Maine, donde todos se conocen. Empieza su último año de instituto junto a su grupo de amigos antes de marchar a la universidad, donde quiere ejercer de artista y abrir su propia galería. Pero tend...