18. Nochebuena

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En la última semana de clases el ambiente se nota muy alegre, ya que todos tenemos ganas de celebrar las fiestas con familiares y amigos. Estoy deseando que vengan todos para Nochebuena.

Me despido de mis amigas y voy con mi hermana a Daisy's. Cuando entramos, nos sentamos delante del mostrador y cojo dos donuts; uno para Clara y otro para mí.

Dani sale de la puerta de la cocina y automáticamente sonríe cuando nos ve. Me viene a abrazar, le da un beso en la frente a mi hermana y vuelve a colocarse detrás del mostrador.

–¿Tienes ganas de navidad, Clara? –pregunta.

–¡Muchas! Cocinaré un postre con Lali.

Al parecer, mi hermana es tan persuasiva que no ha parado de molestarme hasta que he accedido a ayudarla con el postre para Nochebuena.

–Vaya, no sabía que mi Pequis cocinara... –dice divertido.

Al escuchar eso, siento que el corazón me da un vuelco, pero intento aparentar normalidad.

–No te burles, al menos no he quemado nada.

–De momento... –añade Clara.

Yo abro la boca sorprendida y ella se ríe, Dani está apretando la mandíbula intentando no reírse y le asesino con la mirada.

–Seguro que lo harás muy bien, Pequis –me dice y se dirige a mi hermana de nuevo–, pero tú vigílala.

Le guiña un ojo y Clara asiente con la cabeza.

–¡Esto es inaudito!

–No te enfades, Pequis... –me sonríe Dani.

–Os demostraré que será el mejor postre del mundo.

–Ojalá estar para verlo.

–¡Pues vente!

Él me mira y se sonroja.

–Bueno, supongo que celebrarás Nochebuena con tu familia –digo–. Pero si quieres pasarte un rato por mi casa, estás invitado.

–¿De verdad? Tendría que preguntarlo en casa, pero me encantaría –sonríe tímidamente.

–¡Ojalá, sería muy divertido!

–Que venga también Ollie –añade mi hermana.

–Lo intentaré, pero no prometo nada.

–Gracias, Dani –sonrío.

Nos despedimos de él y vamos a casa. Entramos en la cocina para escoger el postre que haremos de aquí a unos días.

–¡Ya lo tengo! Podemos hacer un tronco de chocolate –propone Clara.

–¡Buena idea, es perfecto! –sonrío.

Nos apuntamos la receta y nos chocamos los cinco en señal de victoria, a continuación, nos ponemos una película navideña en la tele.


Pasan los días y por fin es Nochebuena. Me levanto por la mañana y voy directa a la cocina dispuesta a cocinar el postre con mi hermana. Mis padres están desayunando y Clara ya tiene su delantal puesto.

–¡Buenos días! –exclamo contenta poniéndome mi delantal.

–Buenos días, ¿ya empezáis a cocinar? –pregunta mi madre.

–Por supuesto, así luego dejamos a papá con la cocina –afirmo.

–Así me gusta –sonríe él.

–¿Qué harás de cena? –le pregunta Clara.

–Haré cordero al horno con patatas y canelones rellenos de carne.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora