29. Cicatrices

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Me pongo una falda negra combinada con mis botas preferidas y me pinto los labios. Salgo del baño a toda prisa con mi bolso y bajo las escaleras.

–¡Hasta luego!

–Que vaya bien la cena –dice mi madre desde el salón.

Yo sonrío, me pongo mi abrigo y salgo de casa. 

Hoy es la cena en casa de Liam y es una buena ocasión celebrar por todo lo alto, ya que gracias a lo que me confesó Matthew, hace unas semanas, le han condenado a quince años de prisión.

Ahora estamos todos muy contentos y a mi hermana le van mejor las sesiones con la psicóloga, mientras a Matthew le obligan a visitar a un psiquiatra por todos los comportamientos violentos y tóxicos que tiene. Solo espero que algún día pueda ser feliz y se arrepienta de todo lo que ha hecho.

Sonrío cuando veo a Dani enfrente de mi casa, lleva una camisa blanca muy elegante. Viene hacia mí mientras corro hacia él y nos abrazamos.

–Buenas noches, preciosa –me susurra.

–Buenas noches, qué guapo estás.

–Quería impresionarte.

–No hace falta, ya lo haces cada día.

Él me sonríe y me da un beso en los labios, nos cogemos de la mano y vamos caminando a casa de Liam que está a tan solo unos metros de distancia, pero Dani insistió en que me quería esperar.

Abby nos abre la puerta y saludamos a todos, que ya han llegado. Nos sentamos en la mesa con unas pizzas, las cuales tienen una pinta riquísima, y Liam saca una botella de champán.

–Por un año mejor –dice.

–Y por mi Laia, si no fuera por ella Matthew aún estaría en libertad –añade Dani.

Yo sonrío y le doy un beso en la mejilla.

–Ew –comenta Brooke.

Todos nos reímos y gritan:

–¡Por Laia!

Yo sonrío agradecida y brindamos, tengo el mejor grupo de amigos del mundo. Empezamos a hablar animadamente entre todos y a reírnos por anécdotas del instituto y del pueblo. Cuando llega el postre, Liam y Dani traen dos cajas repletas de donuts y pancakes.

–¿Y todo esto? –pregunto asombrada.

–Tus postres favoritos por lo que has hecho por mí –me explica Liam–, y por todos nosotros.

–¡Ay, muchas gracias! Sois los mejores.

–Ha sido idea de tu novio, a mí no me mires –dice Abby.

Nos reímos y Dani me sonríe con una mirada de ternura. Me zampo el postre a toda velocidad porque se me ha abierto más el apetito.

Cuando acabamos de cenar, recogemos la mesa entre todos y nos sentamos en el sofá para ver una película; gana Marvel a petición de Liam y mía, también de Dani, aunque él ha votado la misma porque sabía que yo la quería.

Cuando se acaba la película, nos despedimos entre todos y nos vamos. Dani insiste en acompañarme hasta la puerta para asegurarse que llego bien, aunque Liam y yo seamos vecinos.

Llegamos a la entrada de mi casa y le abrazo.

–Buenas noches –le digo.

–Buenas noches, mi Pequis.

Nos damos un beso en la boca, luego me da otro en la nariz y por último deposita uno en mi frente.

–Te quiero –susurra.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora