O6: Tartamudear

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"Aprender a quererte – Morat"

Autismo: Trastorno del neuro desarrollo que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior.

𖤐˚. ࣪.                                     

– Memo, estoy bien, enserio... -consoló Javier al pequeño que lloraba pidiendo perdón mientras su primo descansaba en la cama.

– Mi tío Juan te lastimó y n-no te protegí pero si intenta h-hacer algo a-asi otra vez yo... LE DARE UN GOLPE -tartamudeo Francisco- t-tu no te preocupes p-primito.

– Guille... -susurro Hernández con los ojos aguados, su primo era bastante lindo con el y lo amaba por eso, Memo era su primo pero en el corazón del mayor era su hermanito.

Mientras tanto en la sala discutían tres adultos sobre lo que había sucedido.

– Tienes que volver a México Juan, no puedes ver a Francisco -dijo firme el señor Guillermo.

– Es mi hijo y hazle como quieras pero yo no me voy, no le hará bien alejarse de mi -se defendió.

– ¿No le hará bien? Gracias a ti mi pequeño volvió a tartamudear cuando ya hablaba perfectamente bien, le pegaste a su primo adorado literalmente en frente suyo, gracias a ti mi hijo volvió a tener ansiedad por no tocar las líneas del suelo en la calle, se empezó a autolesionar nuevamente, te tiene miedo y aún sigues con la idea de que eres el ejemplo de MI hijo -replico Natalia cansada de la actitud de el padre biológico de Francisco.

No llegaron a ninguna solución y eso era agotador, lo único que consiguieron fue que Juan se marchara diciendo que se iría a un bar y luego a su casa, mientras tanto Memo y Javier hacían su tarea pendiente y Natalia ayudaba al menor ya que se distraía fácilmente.

– Hijo mañana es Lunes y aún no empiezas tu tarea de inglés...

– N-No entiendo mamá... ¿P-Para que a-aprender ingles-s si hablaré s-siempre español? -chillo Francisco.

– ¿Quién dice que siempre hablaras español? A lo mejor te me haces empresario mi memo, ellos hablan hasta mandarín luego -apoyo Javier.

– P-Pero yo qui... quiero ser port-tero...

– Entonces todavía mejor, ¿Que tal si vas a un mundial? El inglés es la lengua universal, sería una perra vergüenza que el mejor portero de México que serás tú no sepa hablar inglés.

– Oh... N-No lo había p-pensad-do ¡Voy a estudiar m-mucho! -dijo Guillermo intentando concentrarse en su tarea y contestando el cuestionario que habían dejado de tarea.

– Gracias hijito -susurro Natalia a su sobrino que solo asintió con una sonrisa y siguió con su tarea.

Era lunes nuevamente y el pequeño Ochoa ya se estaba haciendo de la idea de que se quedaría un largo tiempo en Argentina, pero no le molestaba tanto, el hecho de poder juntarse en el salón de clases con Sergio y Lionel aunque después de que lloro en frente de ellos ya no quiso acercarse más, quería un tiempo para encontrar una solución a la alta confianza que le tenía a los argentinos en tan poco tiempo. Estaba en el auto de camino a la escuela, estaban los cuatro en silencio y apesar de que amaba Francisco estar así se preocupo al ver qué no Javier hablaba.

– ¿S-Sucede algo? Incluso Ja-Javi-vier está callado y E-Es bast-tante raro.

– No es nada Memo solo que si algunos que yo conozco dejarán de... -Javier fue interrumpido.

– Silencio Javier Hernández, te lo advierto -amenazo Natalia mirando a su sobrino con el ceño fruncido.

El mencionado solo suspiro molesto y volvió a mirar hacia la ventana del auto, para el menor eso ya era raro pero el saber que su madre llamo a su primo por su primer apellido sabía que no era bueno preguntar, cuando llegaron al colegio Javier no lo espero para entrar diciendo que llegaría tarde cuando eran los primeros siempre en llegar, apesar de las quejas por el dolor en su cuerpo se fue sin despedirse de sus tíos.

No le tomo tanta importancia, se despidió de sus padres que le dieron dinero para unas gomitas y se fue de camino a su clase, cuando llegó vio a un Leo algo dormido y Sergio mirando su celular, quería acercarse y saludarlos pero algo en el le decía que no, aparte que apesar de que tenían pocos días de conocerse el hecho de que el viernes Guillermo empezará a tartamudear nuevamente hacia que se sintiera avergonzado, no quería que los argentinos le llegarán a hacer burla como Saúl o Andrés lo hicieron una vez solo por tartamudear cuando era algo que esté no podía controlar, las situaciones de estrés lo hacían sentirse asfixiado, se sentó en su lugar que por mala suerte era delante de Leo y al lado estaba Sergio.

Limpio su banca con una toallita húmeda y saco su cuaderno de la primer clase que tendría, estaba callado y el salón igual hasta que los argentinos notaron su presencia.

– ¡Guille, hola! ¿Por qué no saludas boludo? -pregunto Sergio dejando a un lado su celular.

Guillermo solo miro a Agüero y le dijo hola con la mano, la voz no le salía, no en ese momento.

– ¿Trajiste gomitas de panda Memo? Espero que no por que te compre unas -dijo Leo aún con la vista perdida y con los ojos hinchados de no haber dormido bien pero aún así le dio las gomitas al mexicano.

No quería hablar pero si no agradecía sería grosero y su padre le dijo que tenía que ser agradecido siempre y a todas horas por más mínimo que fuera la acción.

– G-Gracias y-y-yo te lo agradezco ¡Mucho!

Ambos argentinos pensaron que tartamudeo por qué estaba sonrojado pero no fue así, estaban equivocados.

– Guille ¿Hiciste la tarea de inglés? -pregunto Leo.

– ¡S-Si! Mi p-primito me ayudó a hacerla... Más bien a m-motivarme, apenas y sabe hablar español... -contesto el mexicano.

– ¿Por qué tartamudea ricitos? -pregunto Agüero- ¿Acaso te comió media lengua el gato?

Esa broma no le pareció chistosa a Guillermo que solo miro para abajo algo triste.

– Siempre la tenés que cagar ¿No Sergio? -dijo Leo molesto mirando la acción de el mexicano.

– Siento que ya es natural... respondió Agüero esperando su regaño.

Nuestra melodía | MechoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora