—¿Ya escuchaste los rumores?
—No he escuchado nada de nadie estos días, el evento me ha tenido ocupada.
—¿Acaso ya no te interesa lord Karlo?
La miré frunciendo el seño. Agatha notó que era mal momento para preguntarme al respecto. Se aclaró la garganta antes de continuar.
—Durante días se ha estado corriendo el rumor de que tiene una conquista. Me habías comentado que tú y él quedaron en buenos términos, ¿es verdad?
—Sí, ¿y qué tiene que ver?
—Bueno, Victoria, no sé que tanto sepa él de ti pero se dice que está cortejando a Elizabeth Johnson.
—¿La hermana de lord Frederick? —inquirí, incrédula. Ella asintió— He de admitir que esto me desconcierta bastante. Lord Karlo nunca supo de mis diferencias con esa mujer, pero tengo el presentimiento que lo está siendo apropósito.
—¿Crees que se está vengando porque lo de ustedes se acabó?
Reí.
—No, no lo creo. Él es libre salir cortejar a quien quiera, estoy bien mientras siga manteniendo su distancia. Además, hasta el momento no ha faltado a su palabra. Supongo que muy en el fondo es un caballero.
El carruaje se detuvo frente al Liberty Park, y el cochero nos abrió. Era de los parques más concurridos en la ciudad; enorme, con varias fuentes artísticas cada cinco metros, frondosos árboles y una laguna con pecesillos y patos a los que podías ver con frecuencia.
Agatha y yo nos adentramos y comenzamos a buscar a Vicente entre la multitud. Tristemente se había negado a acompañarnos, pero dijo que nos esperaría a la entrada. Vi a mi amiga quien parecía bastante nerviosa, temerosa de arruinar su "cita", si es que se le podía llamar así cuando fueron obligados a salir juntos.
—Oh, mira, ¿no es Antonio Sevilla? —dijo señalando a un hombre cerca del lago que acomodaba sus pinturas y ponía en su caballete un cuadro a medio a terminar.—. Mientras llega Vicente, vamos a saludarlo.
Sentí que mi corazón se detenía al verlo pero no opuse resistencia cuando Agatha me arrastró hacia él. Mantuve la serenidad ocultando mis nervios y la angustia de estar de nuevo frente a él. Entonces el miedo creció dentro de mí, si Vicente lo llegara a ver...
Oh, no, no. No puedo permitir que esto pase.
—Señor Sevilla —saludó alegremente haciendo una leve reverencia. Román se dio la vuelta sobresaltado. Sonrió a medias mientras su mirada iba de mi hacia a Agatha. No esperaba encontrarse a nadie conocido por aquí, y sabía también que detestaba ser interrumpido—. ¿Cómo ha estado? Me alegro verlo de nuevo.
—Lady Agatha, ¿verdad? De los Wembley —ella asintió. Román me miraba más a mi aunque fuera Agatha quien estuviera hablando. Yo le veía fríamente. No como al hombre que más amé, sino como al hombre que me despreció y amenazó hace semanas—. He estado bien, le agradezco. Ahora mismo sólo estoy terminando un cuadro que me han pedido.
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Tríada oscura #1: El juego de Karlo Ravel
Mystery / ThrillerKarlo Ravel manipula a las chicas; las hace jugar su juego hasta que terminan muertas o enloquecidas, son sus piezas de ajedrez, como dice él. Y nadie puede culparlo porque al final, él sólo es un espectador disfrutando de su show. Le gusta retarse...