Capítulo 04

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Holis, hijas mías, perdón por la demora

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Holis, hijas mías, perdón por la demora. El capítulo tiene una que otra escena con contenido para adulto, les aviso porque se que les gusta JAJAJAJAJA aunque este tipo de contenido tal vez no. De igual forma, me votan y me comentan, porque recuerden que el que lee y no vota, nunca tendrá... Completen la frase. 

🏁 Christian 🏁

04. Viejos rencores

Christian

Las calles se encontraban desérticas, algo típico en la mañana de navidad en la que, la mayoría de las personas se hallaban en sus casas pasando tiempo en familia. Para mí aquel era un día más, por ello en cuanto el investigador privado me comunicó a través de un mensaje, que tenía noticias que compartirme, no dudé en citarlo.

Mi teléfono vibró dentro de mi bolsillo mientras cruzaba la calle, lo saqué y miré por unos segundos el nombre en la pantalla. Debí ignorarla como solía hacerlo siempre, en lugar de cometer el error de presionar el botón verde que enlazó la comunicación.

—Chris —su voz cargada de entusiasmo me fue indiferente. Tal vez porque me irritó que me llamara Chris, aquel diminutivo que nadie usaba, solo ella—. Hijo, ¿me escuchas?

—Lo hago.

Silencio, un largo silencio como el que había existido por largos años entre los dos. Mi atención por un momento se apartó de aquella llamada. Observé al sujeto que me esperaba dentro de su auto. El único lugar en el que nos reuníamos.

—Feliz navidad —dijo al fin.

Solía llamarme pocas veces al año, fiestas, mi cumpleaños, o cuando la conciencia la martirizaba. Acostumbrado a ignorarla, me sentí incómodo respondiéndole.

—Gracias, igual para ti.

—¿Y qué hiciste anoche? —cuestionó, tras aclarar la garganta—. Pensé mucho en ti mientras preparaba la cena, me habría gustado que estuvieras con nosotros, tu hermana quería verte.

No era mi hermana, odiaba su insistencia por relacionarme con su hija. Estuve a punto de contradecirla, sin embargo, entendí que no tenía caso hacerlo. Me había cansado de repetirle que la bastarda a la que dio a luz no tenía ningún vínculo sanguíneo conmigo.

—Lo que hago siempre en las vísperas de navidad. Cené con mi papá.

Enfaticé las últimas dos palabras para hacerle daño, un daño que no igualaba el que ella me había hecho a mí, pero que de igual forma disfruté infligiendo. Mis palabras la afectaron. La forma en la que aclaró la garganta me lo indicó.

—'¿Tu novia estuvo con ustedes? Vi que vas a casarte.

—No, siempre somos papá y yo. Nos sentimos más cómodos así.

Otra bofetada con guante blanco.

—Me alegra mucho saber que estuviste cómodo y tranquilo con tu papá. ¿Crees qué podamos vernos?' Compré un obsequio para ti, como todos los años.

Fuimos momentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora