Capítulo 28/1

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Para compensar la ausencia viene capítulo largo y divido en dos partes

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Para compensar la ausencia viene capítulo largo y divido en dos partes. Por fis, voten y comenten ambas partes 😊

28/1. Una inesperada sorpresa

🏁Christian🏁

—¿Christian, estás bien?

El silencio que me rodeaba fue roto por Cristal, la única persona de mi equipo con la valentía suficiente para hablarme en un momento en donde era evidente que no soportaba a nadie. Se encontraba asomada desde la puerta entreabierta, esperando una respuesta que no me apetecía darle. Me observó con atención por largos segundos antes de decidirse a cruzar el umbral, pasos cortos y dudosos que la dejaron en el interior del motorhome.

—¿Qué quieres?

—¿Estás bien?

No lo estaba, me encontraba inmerso en la rabia que burbujeaba en mis venas, sumido en reproches y cuestionamientos que mantenían un ruido constante en mi cabeza que comenzaba a fastidiarme; harto de todos, del equipo de incompetentes que me rodeaban y de la estúpida de Lena que se propuso complicarme la existencia.

Cansado de la mirada insistente de Cristal me levanté en un solo impulso que la instó a dar un paso hacia atrás por la sorpresa, llevaba una lata de energizante en la mano que apretó con fuerza.

—¿Por qué mierda me tienes miedo?

—No es miedo, solo me puse nerviosa —se justificó con prisa—. ¿Necesitas que te ayude en algo?

Odiaba admitirlo por lo mucho que me fastidiaba Cristal, pero en ese momento, era probablemente la única persona que me era tolerable. Me acerqué a ella mientras bajaba la cremallera, con la vista puesta en la pantalla de mi teléfono, leyendo el último mensaje que me envió Vivian, la asistente de Lena.

—Ayúdame con el traje.

—¿Quieres que te pida algo delicioso de comer? Podrías saltarte la dieta por hoy.

—Cristal, deja la condescendencia, sabes que no lo soporto. Estoy bien, maldita sea. No es la primera vez que pierdo.

Saqué los brazos con prisa y puse distancia entre los dos, porque la creí capaz de abrazarme y palmearme la espalda para consolarme. Algo que no soportaría bajo ninguna circunstancia. Tras quitarme las botas tomé asiento, aún con el teléfono en la mano, atento al inmenso párrafo que Lena había escrito desde el teléfono de su empleada.

El drama con el que estaba lidiando me resultaba inesperado. Había buscado a Lena la mañana siguiente después de su llamada, para dejarle claro que todo estaba terminado. Su reacción fue tal y como la esperé, nos insultamos mutuamente en medio de gritos que solo finalizaron cuando me lanzó un portarretrato que esquivé por mis buenos reflejos. Me marché tras el incidente, suponiendo que no tendría que volver a lidiar con ella. El comunicado que publiqué un par de días después, me demostró que me había equivocado.

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