Capítulo 25/1

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*No soy la más orgullosa de dividir capítulo, de hecho quiero dejar de hacerlo, pero no saben lo largo que quedó

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*No soy la más orgullosa de dividir capítulo, de hecho quiero dejar de hacerlo, pero no saben lo largo que quedó. Así que les dejo la primera parte, voten y comenten un montón, me quedo leyéndolas. 

Antes de iniciar, les gustaría una breve explicación acerca de las llamas gemelas que NO SON LO MISMO QUE LAS ALMAS GEMELAS, si es así, responder aquí. 💕

Abril

25.1 Una noche agitada

Los alcances de Christian debían impresionarme, causarme algún tipo de indignación y rechazo por la arbitrariedad con la que se manejaba, provocarme rabia e impotencia por el egoísmo que derrochaban; generarme alguna reacción negativa que me llevara a tomar una decisión drástica. Sin embargo, no me hacían sentir nada tan fuerte. Probablemente, porque su actitud no me sorprendía, la esperaba, tenía la certeza de que no se quedaría tranquilo otorgándome el tiempo que le pedí. Sabía que iba a hacer uso de todos los medios con los que contaba para salirse con la suya, tal vez, porque la desesperación lo dominaba, o quizás, porque le era imposible aceptar un: no, peor aún, uno mío.

Mis amigas tenían una percepción distinta de toda la situación. Maia se mostró indignada desde que Diana nos puso al tanto de la propuesta que le hizo Christian. Mich, no le dio la misma importancia al asunto, aunque, dejó claro que nada de lo que estaba ocurriendo era correcto. Por su parte, Diana se sentía culpable. No lo había externado directamente, tampoco hizo algún tipo de insinuación; sin embargo, la conocía, sabía que no estaba del todo cómoda con el asunto, pese a haber obtenido algo que deseaba gracias a mi dispocisión de aceptar.

Entendía a la perfección las posturas de cada una, aunque no compartía ninguna, por el simple hecho de que desconocían por completo lo que Christian y yo estábamos experimentando. La complejidad de nuestra turbulenta relación era un tema que no quería tocar con nadie, no después de la atropellada conversación al respecto que tuve con Christian, en la que dije cosas que debí procesar antes de expresarlas.

Pese a que, de alguna manera no estaban del todo de acuerdo con la propuesta de Christian, se encontraban disfrutando del viaje. Las risas a mi espalda eran prueba de ello. No podía juzgarlas, Christian había hecho uso de los recursos que tenía a su alcance para asegurarse de que estuviera ahí, tan cerca de él. Se tomó la molestia de enviar su avión privado a buscarnos, consiguió una suite en un resort de lujo para nosotras y se encargó de poner a nuestra dispocisión un auto y un chófer para que nos movilizáramos.

Probablemente, era la única que no estaba gozando de las comodidades que nos ofreció. Me era imposible hacerlo cuando había un malestar en mi pecho por culpa de ellas. No quería que Christian sintiera que debía tomarse tantas molestias para tenerme cerca. No acepté llegar hasta ahí por sus atenciones, lo hice porque a pesar de mi necesidad de paz, me fue imposible ignorar su desesperación. Podía sentirla, inexplicablemente era capaz de experimentar su angustia.

Fuimos momentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora