Capítulo 15/1

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Antes de empezar, perdón por hacer esto, pero el capítulo está tan largo que lo tuve que dividir

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Antes de empezar, perdón por hacer esto, pero el capítulo está tan largo que lo tuve que dividir. Por fis, voten y comenten ambas parte, que valga la pena las horas detrás de la pantalla 😊termino de corregir la última parte y la publico, entre tanto, lean esta

✨Abril✨

15/1. Red Flags

—Vas a pasar la noche conmigo.

Estaba segura de que Christian dijo algo más, sin embargo, mi cerebro se quedó solo con la última frase. Aquellas cinco palabras resonando en mi mente, encendieron una chispa de excitación que, recorrió mi piel en segundos y se alojó entre mis piernas, vibrando con una intensidad punzante. Aún sentada sobre mi silla, lo miré fijamente, desesperada por salir del aturdimiento que me atacaba, no tenía la certeza de que lo provocaba. Me encontraba embriagada por algo más que el alcohol, las sensaciones que fluían por mi cuerpo entero inhibían mi capacidad de pensar con claridad.

La bruma que me envolvía se tornó más espesa gracias a su mirada insistente, estudiando con detenimiento las expresiones en mi cara. Nunca fui tan consciente de lo mucho que me intimidaba tener sus ojos sobre mí, me puse tan nerviosa que mi cuerpo tiritó un par de veces. Todo empeoró cuando dejó caer la mano sobre mi pierna, me apretó por encima de la rodilla, exigiendo mi atención con un gesto inocente, que acentuó las cosquillas entre mis muslos.

—¿Quieres qué duerma contigo?

—¿Dormir? Yo no lo llamaría así, ángel, pero si tú prefieres decir dormir, por mí está bien.

—Dame un segundo.

Me abaniqué con ambas manos ante el repentino calor que golpeó mi cuerpo. La temperatura no había subido en los últimos minutos, aquella sensación venía de mí y era provocada por Christian y lo que le permití que hiciera conmigo. Pese al paso de los segundos, aún sentía el peso de su mano apretando mi pecho, y el sabor de sus labios en los míos.

Christian cumplió con lo que le pedí, solo me dio un breve momento, nada más que eso. No permitió que me recompusiera, más aturdida solo observé como levantó el brazo derecho, para sujetarme la mejilla y atraerme hacia su rostro, provocando que nuestras narices se rozaran. Para ese punto no sabía dónde empezaba y terminaba mi espacio personal, estaba respirando su aire con los labios entreabiertos y el pulso fuera de control.

—Ya pasó el segundo.

—¿Y nos vamos a ir ya?

La pequeña sonrisa maliciosa en sus labios debió irritarme, Christian era un idiota engreído que parecía disfrutar de tenerme en ese estado; sin embargo, no pude enfadarme con él, era culpa de su magnetismo que me atraía sin remedio.

—¿Por qué esperar?

—Aún no cenas.

—No tengo hambre.

Fuimos momentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora