Lo hice de nuevo y pido perdón, por otro capítulo largo. Pónganse cómodas y lean con calma, me comentan mucho y me hacen feliz ❤️
11. Una promesa
🏁Christian🏁
Mi respiración pesada retumbaba en mis oídos, silenciando cualquier otro ruido que me rodeaba. Estaba aturdido por la agitación que me atacó de golpe, por mi falta de aliento y el deseo exacerbado que latía en mis venas. Llevar aire hasta mis pulmones fue complicado, exhalé de forma brusca en aras de reponerme mientras observaba a Abril que permanecía a escasos centímetros. Se encontraba pegada a la puerta, con los labios hinchados y entreabiertos. Su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración acelerada, propiciando que las cortas ráfagas de aire chocaran en mi piel, dificultándome tomar el control de lo que estaba ocurriendo.
—¡Abril! —escuchamos a los lejos.
Ella se sobresaltó, yo ignoré el ruido. Me centré en mis manos que continuaban en su cintura y estaban apretando la curva pronunciada, de manera inconsciente y en mi respiración que pese a mi esfuerzo no se ralentizaba. Un impulso irrefrenable me llevó a echarme hacia adelante otra vez, aplastando su cuerpo para privarla de la posibilidad de escapar.
—¿Por qué tocarte se siente así? —volví a preguntar.
Abril cerró los ojos y se relamió los labios, fue un gesto breve e involuntario, pude notarlo con facilidad, me acerqué a su cara tan de golpe que no tuvo tiempo de reaccionar, en cuanto nuestras narices se rozaron intentó sostenerme la mirada, en medio de nuestras respiraciones ruidosas.
—¿Así cómo?
—Lo sabes, ángel. Lo sientes.
Noté como inhaló aire cuando levanté la mano para tocarla, aplasté la palma sobre su pecho, encima del inicio de estos, para sentir sus palpitaciones, necesité comprobar que fueran tan fuertes como las mías. El calor traspasó mi piel mientras mi palma abierta se deslizó solo un poco, para acariciar la curva que sobresalía del escote.
—Debo irme, Christian. Estoy mareada —me apartó la mano con suavidad y alzó la vista para verme a los ojos, su mirada se encontraba brillante, casi tanto como sus labios.
Pese a lo incitadora que me pareció aquella imagen di un par de pasos atrás, liberándola del peso de mi cuerpo que la apresaba. Tenía un absoluto dominio de mis reacciones e impulsos, por ello, me resultó desconcertante verme tan alterado por un beso, me metí las manos en los bolsillos para evitar la tentación de sujetarla una vez más y esperé que se moviera.
—¿Quieres qué te acompañe a buscar a tus amigas?
—No es necesario. Discúlpame, me siento un poco confundida, creo que no debí tomar sin haber comido algo antes.
—Te veo mañana.
—Mi vuelo sale temprano.
Tras responderme la mirada de Abril se quedó fija hacia el frente, por encima de mi hombro. No fue necesario que volteara para saber con certeza lo que estaba viendo, la inquietud que manifestó lo hizo evidente. Volteé empujado por mi necesidad de verle la cara al imbécil que encontré a pocos pasos de distancia, observando directamente a Abril.
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Fuimos momentos
RomanceAbril siempre ha estado enamorada de Franco, por eso cuanto este le propone fingir una relación decide aprovechar la oportunidad para conquistarlo. Lo que Abril no esperó fue que el arrogante y apuesto rival de su novio falso, se interpusiera en su...