Este capítulo contiene mucha información, les recomiendo que lean con atención. (Como de costumbre está largo)
✨Abril✨
27. Luna de miel
La energía de Christian se percibía diferente, más ligera y menos caótica; sin embargo, su efecto seguía siendo el mismo, me atraía de una manera inexplicable. Sentada a su lado observé la manera en la que sonreía. Se veía cómodo como pocas veces, un tanto contento y muy relajado mientras conversaba con Javi y Daisy, quienes parecían felices con tenerlo frente a ellos.
Por las dos personas con las que compartíamos la mesa me esforcé por dejar de verlo solo a él, cuestión que no conseguí, pese a todo mi empeño. Me encontraba abstraída en Christian, en la manera en la que sus labios se curvaban por pocos segundos cuando sonreía y en el sonido de su voz que retumbaba en mi pecho; analizando con detenimiento aquella fascinación irracional que sentíamos mutuamente.
Después de los tres días que pasamos juntos, había confirmado todas las suposiciones que tenía con respecto a nuestro vínculo. La familiaridad que desarrollamos en tan poco tiempo y la absoluta sensación de bienestar que experimentábamos era un reflejo del lazo irrompible que nos unía. Nos encontrábamos acoplados por completo, conectados de todas las formas posibles pese a nuestras diferencias.
Christian y yo nos habíamos amado tantas veces, que nos resultó natural hacerlo de nuevo.
—Eres un idiota, Javi.
El sonido de risas se mezcló con el débil ladrido de Nala, quien reaccionó a algo que veía a lo lejos. Había una atmósfera agradable, un ambiente cálido que irónicamente no podía disfrutar porque sabía que aquella paz podría ser la antesala de una tormenta. Las conexiones profundas e intensas como la que nosotros teníamos estaban destinadas a atravesar diferentes pruebas, intentaba no pensar en ello, sin embargo, era difícil ignorar el vacío en mi estómago provocado por los malos presentimientos.
—¿Todo bien con Nala? Parece inquieta.
Me forcé a sonreírle a Daisy mientras asentía. Se había comportado con tanta amabilidad desde que cruzamos la puerta, que me sentía obligada a retribuirle con toda la simpatía que pudiera ofrecerle. Ambas observamos el punto en el que se encontraba mi perra recostada sobre el césped, con el hocico descansando sobre sus patas delanteras.
Aunque solo transcurrieron un par de días del susto de perderla, Nala se veía repuesta casi a su totalidad, su pata trasera aún estaba lastimada por la caída, ese era el motivo por el cual se hallaba quieta sobre el césped.
—Ignórala, es una perra llorona. Probablemente el viento movió la rama de un árbol y eso la inquietó.
—No es llorona. Es sensible y está aún asustada por lo que pasó —repliqué.
Christian no me contradijo, emitió una pequeña sonrisa que Daisy observó con detenimiento. Estaba convencida que se encontraba encariñado con Nala, aunque se esforzara por demostrar lo contrario. Su comportamiento lograba ponerlo en evidencia de manera constante. La noche del susto permaneció sentado en sillón en el que Nala fue examinada por el veterinario, atento a todo lo el doctor decía. Más tarde, cuando le permití subir a la cama, no se quejó por ello, tampoco me pidió que la bajara, se limitó a refunfuñar por un par de minutos. La mañana siguiente aceptó a ayudarme a bañarla y todos los días posteriores me recordó colocar el ungüento que debíamos ponerle en su pata herida. Le había ofrecido atenciones que se empeñaba en minimizar.
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Fuimos momentos
RomanceAbril siempre ha estado enamorada de Franco, por eso cuanto este le propone fingir una relación decide aprovechar la oportunidad para conquistarlo. Lo que Abril no esperó fue que el arrogante y apuesto rival de su novio falso, se interpusiera en su...