040 - Prime día de entrenamiento

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La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Por suerte, nuestros avox no son antiguos agentes de la paz, lo que es un alivio muy grande para mi conciencia.

Aunque todos estamos tensos, el sofá parece calmarnos un poco, nadie habla mientras el resúmen del desfile pasa.

- ¿Cuál es el plan? -pregunta Katniss, cuando los comentarios terminan.

- Relajense está noche, mañana les diremos la estrategia -dice Haymitch, bebiendo directamente de una botella-, no sean desesperados.

- Bien, no se emborrachen, debemos estar al máximo  mañana -digo, mientras llevo a Katniss a su habitación.

- ¿Dormimos juntos? -me pregunta Katniss y por su expresión, el ligero temblor de su labio y las comisuras de estos algo caídas, sé que no es por el capitolio, ella no quiere estar sola.

- Claro -respondo no, dándole un pequeño beso- ¿En mi habitación o en la tuya?

- La tuya -responde sin vacilar-, enseño pasado nunca la vi y no parecen haber modificado algo -explica-, así que vamos.

Llevó a Katniss a mi habitación, no es que sea diferente a la de Katniss, solo que panditibucion es un poco diferente: solo en la cama, está m cerca de o ventana  diferencia de ande Katniss que está centrada. Esto la decepciona, provocando que se cruce de brazos.

Esperaba algo más espectacular, pero no es posible hacer cambios, sobre todo siendo tributos.

- Pensabas ver pinturas e instrumentos -digo después de verla resignarse ante la vista y decorado simple de mi habitación- ¿O me equivoco?

- No te equivocas -acepta -, creí que al ser vencedores, habrían configurado la habitaciones acorde a nuestros gustos y talentos -confiesa, decepcionada y en un tono más alto del normal, para que quienes escuchen se sientan algo incómodos.

- ¿Quieres ir un rato a la azotea? -le pregunto, para animarla un poco - Debe seguir igual si no cambiaron las habitaciones.

Katniss asiente y ambos subimos al pequeño jardín que hay encima nuestro. En efecto, no ha cambiado.

Ordenamos algo de comida y pasamos unas horas bromeando y viendo como las luces artificiales sustituyen a la luz solar, dando un pequeño espectáculo de brillo y colores en las calles del Capitolio.

- ¿Tienes miedo Peeta? -pregunta Katniss de repente.

- Lo tengo -respondo, sin mentir-, pero voy a enfrentar ese miedo, para que puedas sobrevivir…

- …Gracias… -dice Katniss, acurrucadose un poco más a mi lado- por todo…

Solo la abrazo más fuerte, disfrutando de estos últimos momentos tranquilos.

- [Peeta, al parecer intervendrán las cámaras y micrófonos cuando vayan a dormir -avisa Alexa-, así pondrá una secuencia de ustedes dormidos en la mañana, dándoles un margen para hablar tranquilos].

- Gracias por decírmelo, Alexa -agradezco, decidido a regresar a mi habitación.

- Es un placer… pero no te olvides de seguirme agradeciendo -bromea, riendo un poco antes de despedirse.

Cuando volvemos, nos dormimos casi de inmediato, aunque no entrenamos, estamos agotados.

En la mañana, Haymitch nos levanta y nos lleva a la sala, donde las chicas y los culpables de la salvación de algunos tributos el año pasado están esperando.

- Parece que los tortolitos no pueden estar separados un solo segundo -bromea Johanna, avergonzando a Katniss.

- Bromas aparte -dice Plutarch, evitando cualquier comentario extra-, este año será más sencillo sacar a los tributos, claro si los vencedores y los mutos no los destrozan.

- Muy alentador -se queja Cashmere, sabiendo que tiene razón, pero no quita lo incómodo del comentario.

Plutarch procede a explicar la arena, rogando por discreción de nuestra parte y pidiendo esperar hasta que el tres revele el funcionamiento de la arena para actuar en consecuencia.

No todos lo saben, de hecho, solo saben que deben mantenernos vivos. Según Plutarch, la revolución estallara en cualquier momento y necesitaran nuestro  apoyo.

- De ser así, Plutarch -dice Enobaria -, deberían preocuparse por dominar el dos, ahí está la fuente de poder del Capitolio -dice, explicando la existencia y función de la base en la montaña.

- También quiero pedirte Plutarch -digo de forma seria-, por favor, saca a nuestros equipos de aquí y evacua a las familias de los tributos del año pasado y de este a trece, así no habrá dificultades para que actúen contra el Capitolio.

Plutarch parece querer decir algo, pero su mirada vaga en mis palabras y los hechos que planteo, si hay riesgo para las familias. Los tributos no hablaran por miedo a que los dañen, es un riesgo y gasto de recursos necesario.

Plutarch finalmente asiente y luego de unos pocos datos más cada quien regresa a sus pisos y habitaciones, para fingir dormir antes de que hagan que las cámaras regresen a su estado normal.

Cuando Effie viene a despertarnos para desayunar, hablamos sobre la estrategia.

- Entonces… ¿No quieren que los acompañe? -dice Effie algo dolida.

- No es eso -asegura Katniss, preocupada por entristecer a Effie -, pero si queremos que el resto nos tome en serio, debemos parecer vencedores.

- Ellos tienen razón -dice Haymitch, apoyándonos-, sólo parecerán unos niños si los llevas.

Effie lo piensa y asiente algo más tranquila, pero asegura que nos despedirse en el elevador.

- Pasando a la estrategia… hagan lo que quieran -continúa diciendo Haymitch -, sólo tengan en cuenta que deben buscar aliados, sino… serán la primera presa.

Antes de que Katniss proteste, la detengo, poniendo mi mano sobre la suya, ella lo piensa, se que no quiere por  las traiciones que siempre debe haber pero también sabe que es más  seguro, pero al final, decide callarse. Es bueno que hasta cierto punto, Haymitch y Katniss piensen de manera similar.

Al terminar el desayuno, Effie nos desea suerte antes de abrazarnos y dejarnos bajar en el elevador.

- Tomemos las cosas con calma -sugiero antes de llegar al centro de entrenamiento -, todos son vencedores por algo y no creo que debamos ocultar algo.

- De acuerdo -acepta sin problemas-, pero tampoco me limitaré en el arco -asegura, riéndose un poco.

- Tal vez consigamos aliados si te ven -digo, causando más risas.

El elevador se detiene y vemos el mismo centro de entrenamiento, aunque con muchas menos personas dada la ausencia de casi todos los tributos.

- Vamos -dice Katniss, tomando mi mano.

Solo asiento antes de caminar hacia el pequeño grupo, preparado para entrenar.

...

Continuará...

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Reencarnación afortunada en: En LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora