Reencarnación afortunada en: En Llamas

006 - Este es mi talento

La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Seguramente Katniss está muy nerviosa, no había venido a visitarme desde que regresamos del Capitolio.

Me quedé mirando la casa de Katniss, viendo a través de las ventanas a Katniss pasar de su cuarto a la sala y luego salió por la puerta, caminando rápidamente, los pocos metros que los separaban.

- ¡Katniss! ¿Qué sorpresa verte? -saludó, burlándose un poco de ella.

- Solo déjame pasar -dice Katniss, volteando los ojos, no queriendo perder tiempo.

- ¿Quieres algo de té? -pregunté, ignorando su obvio deseo de ver a Rue.

Katniss pareció darse cuenta de lo que intentaba, por suerte, no dudo que alguien la viera venir o hubiera algún dron espiando.

- Claro, también algunas galletas no estarían mal -acepta Katniss, yendo a la sala de estar, viendo algunos cuadros que había pintado.

- ¿Te gustan? -pregunte con una charola con las cosas encima- Los usaré como parte de mi talento.

- Son preciosos -admite ella, aceptando una taza de té -, yo me veré en aprietos buscando uno.

- Podrías intentar con diseño de ropa, encarga telas y práctica, las demás no te dejarán morir en ese asunto -bromeo, pero parece que Katniss está entusiasmada.

- ¡También Cinna podría ayudarme! -agrega ella, aliviada - ¡Eres un genio!

- Lo se, además puedes aprovechar, algunas personas del Capitolio vendrán dentro de poco a llevarse un manuscrito para una película -agregó, pensando que también podrían venir Cinna y Portia a ayudarle.

Katniss se acerca y me besa, de forma tierna pero anhelante, supongo que con la tensión del regreso lo que le conté, es entendible.

- Gracias Peeta -dice sentándose en mi regazo -, se que no he sido la mejor novia, pero esto me abruma…

- Tranquila, te entiendo, tomate el tiempo que desees -interrumpo-, se que no me dejas de amar.

- ¿Podrías mostrarme más de tus talentos? -pregunta, pensando que debo tener muchas más cosas de las que hay en la sala.

- Que atrevida eres Katniss, estamos en la sala -bromeo, aunque Katniss no entiende en un principio, cuando lo hace, se pone roja-, vayamos al dormitorio… -susurro.

- Eres un tonto -se queja, ocultando su cabeza en m pecho-, muéstrame más pinturas y canciones… también ese manuscrito.

- ¡Tus deseos son órdenes! -digo y la jalo a una sala contigua.

En ella hay muchas pinturas, la mayoría de los juegos y de ella, Katniss no parece muy cómoda con ellas así que la llevó a un lado, donde hay instrumentos y en un escritorio, muchas canciones, románticas en su mayoría, la mayoría de artistas como Sin Bandera, Reik, José José, entre otros y algunas canciones de bandas de rock como Kiss y Queen. Claro, todas con modificaciones. Del mismo modo, dos manuscritos de dos películas, el viaje de Chihiro y el castillo vagabundo.

- ¿Hiciste todo esto en estás semanas? - me pregunta Katniss, muy asombrada.

- Tenía la idea en mi cabeza desde hace tiempo, solo las adapte a lo que ves- respondí, curiosamente, sin ocultar la verdad.

- Es impresionante… -dice ojeando el manuscrito de Chihiro - ¿Puedo leerlo?

- ¡Adelante! -acepto, ya que es raro que se interese por algo fuera de la caza- Puedes llevártelo a casa si gustas.

- ¿Entonces qué hacemos? -pregunta, olvidando su razón de venir.

- Puedes escuchar una canción que compuse -responde acercándome a un piano - se llama: claro de luna.

Empecé a tocar la bella sonata de Beethoven, un poco más armoniosa, aunque igualmente, con una melodía bastante melancólica.

Al terminar, veo que Katniss llora sin razón, o tal vez si hay una. Sin pretender explorar la abrazo y en lugar de calmarse, llora más fuerte.

- Extraño a mi padre -solloza Katniss, mostrándose débil por primera vez en mucho tiempo-, lo extraño mucho.

- Lo sé, era un buen hombre, pero se que él no quería ver a las mujeres que amaba perderse en la tristeza -declaro, y noto como Katniss se levanta para mirarme-. Lo mejor que puedes hacer para no ponerlo triste donde quiera que esté… ¡Es ser feliz!

Katniss se quedó un tiempo procesando lo que dije, considerando y finalmente, con un asentimiento de la cabeza, aceptando mis palabras .

- Gracias… -dice limpiándose las lágrimas mezclada con otras cosas, lo que hace que se avergüence por mi camisa manchada.

Después de burlarme un poco de ella, decidí sacar unos cuadernos y lápices para jugar, así pasaron las horas hasta que llegó la noche.

- Katniss, no quiero asustarte, pero mira por la ventana -digo, esperando el pánico su mirada, no me decepciona.

- Mi madre me va a matar -dice Katniss, repentinamente pálida.

- Y a mí, no dudo que piense que disfrutamos de nuestra tarde a solas-bromeo, lo que me hace ganador de un golpe en mi brazo-. Está bien, no bromearé más con eso.

Katniss toma su abrigo y se lo pone apresuradamente, alborotando su cabello en el proceso y se va corriendo a la puerta de entrada

- Nos vemos mañana -dije esperando una respuesta , pero Katniss no contesto  solo despidió con su mano.

Al cruzar mi puerta, se dirige como bala a su casa, pero en la entrada está su madre, preocupada y enfadada, el regalo que le espera es grande.

Dándose cuenta de que su madre está en la puerta, la velocidad de su trote disminuye hasta ser una caminata muy lenta.

Con la cabeza gacha, Katniss cruza la puerta de su casa y su madre cierra detrás de ella, no sin antes darme una mirada de advertencia.

- [Parece que tú suegra te adora, Peeta] -dice Alexa, al cerrar la puerta.

- Soy encantador -pienso, mientras apaga las luces y bajó al sótano para ver cómo están las chicas. Si todo sale bien, en una semana podré sacar a Clove y Glimmer y en dos o tres semanas a Alexa y Rue.

Al abrir la puerta que da a su habitación veo como están concentradas en una torre gigante de cartas, pero por desgracia, la corriente de aire que genera la puerta es suficiente para tirarla.

- ¿¡Qué pasó!? -grita Clove, enojada con todas, esperando a saber en quien enfocarse.

Las tres me señalan, causando que Clove se lance en mi contra, molesta, pero pronto se convierte en una lucha de juego a la que las demás se unen, olvidándose del problema, por ahora.

...

Continuará...

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