Reencarnación afortunada en: En Llamas

013 - Preocupación

La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Después de entregarle el pan a Haymitch, donde vi a Katniss y bromeamos un poco, regreso a casa y poco después de que entrara, escuchó un auto, los nervios me tienen pegado al sofá una segundos antes de que pueda correr a la ventana y veo bajar a las guardaespaldas del presidente Snow.

- Nunca pensé ser un mirón -digo mientras subo a una habitación donde tengo una binoculares y un micrófono enorme. Quería saber de qué hablaban.

Pero antes de que pudiera calibrar mi micrófono, alguien tocó la puerta.

Estaba confundido, nadie debería venir a verme, las chicas lo saben y mis amistades igual.

Bajo rápidamente y abro la puerta, encontrándome un dulce rostro con aires del Capitolio.

- Señorita Snow… -digo al ver a la nieta del presidente frente a mi, junto a su chaperona y un guardaespaldas.

- Un placer volver a verlo, señor Mellark -saluda y por su mirada, creo que entiende porque no le hable con tanta confianza -ustedes dos pueden esperar en el auto, el señor Mellark es un hombre decente y no me lastimaría.

El guardaespaldas parece querer protestar pero se retira. La chaperona es igual. Al ver esto me apartó para aquel la chica entre y cierra la puerta.

- Esos dos son algo pesados cuando quieren -dice Bella, quitándose su abrigo y su máscara de chica fría -, no te preocupes Peeta, mi papá no tiene micrófonos o cámaras, podemos hablar tranquilos.

- Pareces algo perturbada ¿Sucede algo? -preguntó al ver qué su aura sigue alborotada.

- No se si debería contarte,pero considerando que mi abuelo fue con Katniss, supongo que te enteraras en poco tiempo.

- Puedes confiar en mi, Bella, a pesar de quienes somos, somos amigos -digo, tal vez, confiando demasiado en ella, pero su aura, aunque muy fuerte, no es de una persona como su abuelo.

- En realidad, en los distritos, no se vio bien lo de las bayas explica bella, sumiéndose en el sofá-, lo tomaron como un acto de rebelión y… hay revueltas e intentos de sublevación.

- Entiendo, fue una chispa… -digo, pensando en si esto fue provocado por los espías del trece.

- Pero eso no es todo -interrumpió, poniéndose aún más nerviosa-, no se porque, pero si la guerra estalla, no creo que el capítulo gane… los líderes… serán ejecutados y no creo que sus familias se salven…

- … Bella… -digo, sabiendo cuál es su miedo- los pecados de un padre o en este caso abuelo, no deberían afectar a su descendencia -explicó, aunque muchas veces, se ignora-. Aún eres joven como para que piensen que tienes un gramo de culpa.

- Aún así, no creo sobrevivir -explica, con una sonrisa, pero está llorando-. A mí tampoco me gustan muchas cosas que pasan, pero no puedo evitarlas -admite-, presiento que de alguna manera, tu y Katniss están involucrados, así que si necesitas ayuda te la daré.

- Eso sería raro para mí y peligroso para ti -digo, aunque sé que es falso -. Aún soy joven como para que me den importancia en algo así.

- Pero podrían convertirse en un símbolo -dice, limpiándose las lágrimas -. No tendrá influencias pero conozco casi todo el capitolio, por los mapas -se jacta-. A lo que quiero llegar es que, si puedo, lucharé contra el Capitolio y si puedo huiré. Escuche a unos chicos que llegaron hasta aquí, aunque murieron, si me preparo podría lograrlo. 

Esos deben ser Lavinia y su hermano, si maneja tanta información, no dudo que podrían hacerle daño.

- Si puedo te ayudaré, pero no confíes en nadie -digo, poniéndome serio-. No sé si tienes razón. Pero cualquiera te traicionaría por quedar bien, muy pocos pensarían en la derrota del Capitolio, así que pensaran que deben seguir su vida normal.

En otras circunstancias, sería un riesgo confiar en ella, pero por su aura y la flama rosa en su pecho, se que no me está poniendo una trampa.

- Sabes… mi abuelo… creo que sabe que esto traerá el fin del sistema actual -dice Bella de repente, después de tomar un poco de café-. Hace unos días, después de ver lo que pasaba en los distritos, se rió y dijo que fueron setenta y cinco años… -confiesa, fingiendo el tono de su abuelo-. Al principio. No lo entendí, pero luego me di cuenta, eran los años desde la última guerra y era casi una declaración del final del régimen del Capitolio.

- Supongo que solo espera ver el final de todo -declaró, recordando la tranquilidad del presidente y su risa en su ejecución.

- Puede que sí… -dice Bella, suspirando - en fin, me tengo que ir, pero debo decirte otra cosa -dice un poco más seria aunque avergonzada-. Aunque la edad legal es de dieciocho años, la edad en la que ya eres un adulto es de dieciséis -declara, algo más tranquila. Si yo no los compraba, alguien más lo haría. Aunque puede que les dieran un año de paz, terminarían como Finnick o Cashmere o… muchas más.

- Nos compraste -digo algo perturbado.

- No tenemos que hacer mucho, pero debemos dar la impresión de que si -se apresura a decir-, me da vergüenza pero, también estaba en algo similar, pero mi abuelo intervino y… se me ocurrió divertirme con los chicos a los que patrocine.

- Entiendo, se lo diré a Katniss -acepto ya que no quisiera que le pasará algo así-, ¿Cada cuánto tendremos que vernos?

- No te preocupes -me dice, abrazándome, estas cosas suceden cada vez que hay juegos o en las giras, aunque está última solo se limita a los vencedores de ese año.

Eso me da un respiro, si no, tendría que pedirme que compre a mis novias vencedoras.

Antes de salir por la puerta, me besó, con mucha ternura, aunque me da un pico de risa que su pie se alza, no lo menciono.

- Otra última cosa Peeta -dice al cruzar el umbral, pero en lugar de decirlo, me abraza y acerca sus labios a mi oreja y susurra-: El trece sigue vivo.

...

Continuará...

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