Kili se había recuperado gracias a la medicina élfica de Tauriel. Sus ojos volvieron a brillar al ver que la mujer que había cautivado su corazón, estaba allí, y lo había arrancado de las garras de la muerte.
Fili por otro lado estaba preocupado. Narwen se había ido y no había regresado aun.
—Tranquilo, Legolas no dejara que nada le pase a la princesa. —Tauriel notaba la preocupación en los ojos del enano e intento llevar un poco de tranquilidad a su mente.
—Tu príncipe fue el que nos encerró. No confió en él. —y nunca lo haría, los elfos siempre se habían creído superiores a ellos, excepto Narwen, ella había roto toda regla.
—Los encerró a ustedes, a la princesa la llevaron a los aposentos de invitados. Así que debes estar tranquilo, ella está en buenas manos. —aquellas palabras molestaron más a Fili, pero decidió terminar allí con el tema.
Todos estaban intentando acomodar la casa, pero un rugido estruendoso, hizo que todos se paralizaran. El dragón había salido de la montaña, y volaba hacia la ciudad.
Sin perder más tiempo, Tauriel ordeno a los hijos de Bardo abandonar la casa. Las niñas no querían abandonar su hogar, su padre no había vuelto, pero luego de que otro rugido y gritos se oyeran, no tuvieron más opción, debían abandonar la ciudad.
Fili quiso protestar, quería quedarse hasta que Narwen volviera, pero sabía que su hermano aun no estaba recuperado del todo, y comprendía que no estaban seguros allí.
Rogo a su dios que ella estuviera bien, que no se encontrara en peligro.
Habían seguido al orco de lejos. Notaron como este se adentro en un pueblo que había sido arrasado hace mucho tiempo. Solo quedaban algunas estructuras a medio derrumbar. Borg, el orco, volteo varias veces en su huida, asegurándose de haber perdido a los elfos. Así lo creyó al no ver ni oler a ninguno.
Desmonto de su wargo y se reunió con varios de sus soldados.
—Debemos ser rápidos. El príncipe del bosque negro y la princesa de Rivendell me estaban siguiendo. Hay que poner en marcha el plan. Escudo de Roble ya está en la montaña. —en un campanario con parte de su techo destruido, estaban ambos elfos, escuchando atentamente. Ninguno hablaba la lengua negra, pero Narwen entendía algunas palabras que Gandalf le había enseñado. Fruncía el ceño intentando buscarle sentido a las palabras sueltas que comprendía. Legolas la observaba, esperando que le contara lo que decían.
—Es hora de mover los ejércitos de Gundabad. En cuanto amanezca iré a ver a Azog, su ejército va rumbo a la montaña. —hablo Borg. Sus soldados asintieron. —Ustedes tres irán a Gundabad. —
Narwen oia atentamente. Había entendido a medias, pero sabía que el orco había nombrado aquel lugar, el que se creía abandonado, Gundabad.
Los orcos se dispersaron, quedando solo un par haciendo guardia. La noche era cerrada, por lo que los elfos decidieron esperar a que el sol apareciera para huir de allí.
Narwen le explico a Legolas lo que había entendido. "Azog", "montaña" y "Gundabad", eran las palabras que había llegado a comprender.
Se sorprendió al escuchar la última palabra, el nombre de aquel lugar, y la elfa noto un brillo de tristeza en sus ojos.
—¿Estas bien? —quiso estirar su mano para tocar la de él, pero no lo hizo, sabía que no era correcto.
—Mi madre murió en aquel lugar. —increíblemente, Legolas le confeso lo que atormento su corazón al oír de Gundabad.
Narwen se quedó en silencio, sabia por cuenta propia el dolor que llevaba.
—Mi madre también fue asesinada por Orcos. No allí, pero también la perdí a manos de ellos. —sintió una punzada en su pecho al contarle algo tan personal. Ella jamás hablaba con nadie sobre su madre, solo con sus hermanos o su padre.
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Destinados
FanfictionNarwen , hija de Lord Elrond, hermana de Arwen, Elladan y Elrohir. Su vida cambia cuando un mapa y una llave llegan a sus manos. Una nueva aventura comienza...