Capitulo 34

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El dia de la coronación había llegado. Minas Tirith estaba colmada de personas de distintas razas y distintas tierras.

Narwen había decidido esperar en su habitación hasta que todo comenzara. No podía no sentirse triste al saber que no podría ver a su familia, pues ellos ya habían tomado un barco en los puertos grises.

La puerta de su habitación crujió cuando alguien ingreso a esta. La elfa volteo, encontrándose con aquel hombre que había capturado no solo su corazón, sino cada uno de sus pensamientos.

Legolas camino hacia ella, para tomar sus mejillas y depositar un tierno beso sobre sus labios.

–Pronto va a comenzar la ceremonia. –el elfo beso sus manos.

–Deberíamos ir entonces. Es hora de ver a nuestro hermano ser coronado. –ambos consideraban a Aragorn de esa forma. Aquella aventura los había unido como familia.

Narwen camino uno pasos, tomada de la mano de Legolas, pero este la detuvo antes de que pudiera salir de la habitación.

– ¿Que sucede? –pregunto extrañada. Podía ver como tenía la mirada perdida en algún lugar de la alfombra bajo sus pies.

–Hay algo que quiero preguntarte. –tomo la mano que aún no sostenía. – Cuando termine la coronación, quisiera llevarte a mis tierras. Quiero presentarte ante mi padre no como la princesa de Imladris, o como la elfa loca que viajo con enanos, quiero hacerlo como la mujer con la que quiero enlazar mi vida. Narwen, ¿aceptarías unirte a mí para el resto de nuestras vidas? –sus ojos se humedecieron ante sus palabras.

–Legolas, atravesaría todo Mordor si eso significa que estaré por siempre a tu lado. –acorto la distancia y beso los labios del elfo. Una historia finalizaba, pero la de ellos recién comenzaba.

Gondor era una fiesta. Cientos de invitados de toda la tierra media habían asistido a la coronación del nuevo rey de Gondor.

Narwen vestía un bello vestido celeste. Acaricio la delicada tela y suspiro, extrañaba a su familia. Un carraspeo la hizo voltear.

–El joven Legolas me ha dado la buena noticia, está muy feliz por unir su vida a la tuya, pero ¿porque no veo ese mismo brillo en tus ojos Narwen? –Gandalf se posiciono a su lado.

–Mithrandir, estoy muy feliz también, es solo que imagine un final distinto. –el mago sonrió.

–La esperanza de tener a tu familia, ¿verdad? –Narwen asintió con pesar. –Bueno mi querida Narwen, sabes lo que dicen, lo último que se pierde es la esperanza. –lo observo sin comprender y noto como Gandalf observaba detrás de ella. Volteo, y su corazón estallo. Allí, de pie estaba Arwen y su padre, escoltados por Glorfindel. No lo dudo y corrió para fundirse en sus brazos.

– ¿Cómo es posible? Iban a partir... –Arwen la interrumpió.

–No podíamos irnos. Mi lugar es junto a ti y junto a Aragorn. –limpio una lagrima que corría por su mejilla.

Elrond abrazo a sus dos hijas.

–Me alegra saber que estas bien, que la oscuridad no te alejo de nosotros. Tu madre estaría orgullosa. –Elrond no podía negar que había temido por Narwen, que su muerte lo atormentaba cada dia, pero sabía que su hija era capaz, que había sido entrenada por los mejores guerreros, y que no sería fácil de vencer.

Narwen sonrió y observo al elfo que permanecía detrás, con ambas manos detrás de su espalda. Corrió hacia Glorfindel y lo abrazo, dejándose rodear por aquellos brazos que tantas veces la habían entrenado.

–Princesa, sabía que lo lograría. Sabía que ayudaría a erradicar el mal. No tenía duda alguna, pues fue entrenada por el mejor guerrero de Imladris. –Narwen sonrió.

–Glorfindel, gracias por cuidarlos. –el elfo asintió y le regalo una bella sonrisa.

Un cuerno sonó en el castillo, la coronación estaba por comenzar.

Gandalf seria quien oficializaría la ceremonia.

Delante de todos, tomo la corona de Gondor y se acercó a Aragorn.

– ¡Ahora llegan los días del rey! Que sean bienaventurados. –con delicadeza coloco la plateada corona sobre la cabeza del ahora rey.

El silencio acaba, miles de aplausos le dan la bienvenida a quien gobernara a partir de hoy.

Aragorn camina hacia su gente, observando a todos ellos.

–Este dia no le pertenece a un solo hombre sino a todos. Reconstruyamos juntos este mundo para poder compartir los días de paz. –los aplausos regresan. Aragorn desciende las escaleras. Había llegado allí como un simple montaraz, ahora era el rey. Cada presente agacho su cabeza en respeto, cada uno le demostró su lealtad.

Narwen se acercó junto a Legolas, ambos tomados de la mano. Aragorn no pudo evitar sonreír.

–Amigos míos, hermanos. Deseo que sean felices, y permanezcan a mi lado. Ayúdenme a ser el rey que Gondor merece. –tomo las manos de ambos.

–Siempre estaremos a disposición del rey. Ahora creo que hay alguien que desea verte. –Narwen se hizo a un lado, dejando a Arwen frente a los ojos de Aragorn. No lo dudo y acorto la distancia, fundiendo sus labios con los de la elfa.

Elrond sonrió, sus dos hijas han encontrado su lugar en el mundo, pero no puede evitar sentir dolor en su corazón, pues el deberá partir pronto hacia los puertos grises.

–Yo cuidare de ella. –Elrond miro a Narwen y sonrió.

–Sé que lo harás. –tomo su mano manteniéndola entre las suyas. –Sé que ambas se cuidaran. –ambos sonríen y observan a Arwen, la nueva reina de Gondor.

Y así fue como comenzó una cuarta era en la tierra media. Y la comunidad del anillo, aunque ligada eternamente por amistad y amor, se disolvió.

                                                                                              FIN

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"Han pasado 84 años..." 🤣

Se que he tardado muchísimo en actualizar, pero ya he vuelto. 

Hemos llegado casi al final, solo queda el epilogo que lo subiré en estos días.  Una vez terminada esta historia, arrancare a subir la historia de la casa del dragón que pueden encontrar en mi perfil. 

Gracias a aquellas personitas que me han escrito preguntándome cuando actualizaría, y aquellas que comentaron en los capítulos y votaron, haciendo crecer la historia. 

Se termina una historia, pero empiezan otras...

Gracias por leer, votar y comentar.

Yesica Di Palma

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