La mañana llego con gran rapidez. La compañía había pasado una agradable noche, en la cual pudieron llenar sus barrigas, y tomar un merecido descanso.
Un gran bote los esperaba para llevarlos en el último trayecto hacia la montaña solitaria. El gobernador les había dado ropa, armas y armaduras para que pudieran continuar con su travesía. Narwen había conseguido un arco y un carcaj con varias flechas y había recuperado sus preciadas espadas.
Thorin, por su parte, cargaba junto a Dwalin las armas de hierro forjado dentro del bote. Uno a uno los enanos, hobbit y elfa, fueron subiendo a aquella balsa. Nadie había visto a Bofur, y no podían esperarlo más. Narwen quiso ir en su búsqueda, pero Thorin no se lo permitió, la hora de partir ya estaba llegando.
Kili era el último enano que faltaba subir, y cuando estuvo a punto de poner un pie dentro del barco, su tío lo freno. Hasta allí había llegado el viaje de Kili.
—Tu no. Debemos ir deprisa. Tú nos retrasarías. —Thorin no quería sonar rudo, pero no lo pudo evitar.
— ¿Qué dices? Yo voy con ustedes. —Kili creía que su tío bromeaba. No podía estar excluyéndolo.
—Ahora no. —respondió. Narwen escucho lo que ambos enanos hablaban, y los observo en silencio. No podía interferir, sabía que Thorin tenía razón, Kili no soportaría el viaje y seria una carga para todos.
—Estaré ahí cuando se abra la puerta. Y veamos los Salones de nuestros Antepasados. —no sabía si dolía mas su pierna, o el saber que podía llegar a perderse de ver con sus propios ojos, la inmensidad de la montaña.
—Kili, quédate aquí. Descansa. Te unirás cuando estés bien. —tomo el hombro de su sobrino, dando un ligero apretón. Luego se giro, dándole la espalda. Kili sentía su alma quebrarse. La decepción había horadado cada rincón de su cuerpo. Agacho la cabeza y se alejo unos pasos, sentándose sobre un cajón de madera.
Narwen sintió pena por el enano. Sabía lo mucho que aquellos enanos ansiaban llegar a la montaña, lo mucho que querían recorrer su interior. Y sabía que Kili sentía como que había fallado a su pueblo. La compañía estaba cerca de su destino, no había mucho que ella pudiera hacer ya. Decidida, salió del bote.
—Me quedare con él. En cuanto se recupere iremos detrás de ustedes. —Thorin se quedó de piedra al oír las palabras de la elfa. No sabía si era una buena idea perder a Narwen, era una pieza importante en su compañía. —Ya no hay nada que pueda hacer, cuento con que Mithrandir este allí esperándolos. Él sabrá que hacer. —realizo el saludo de los elfos, y se alejo, yendo hacia donde estaba Kili.
Oin también decidió quedarse, alegando que su deber era permanecer con los heridos.
Fili había oído y visto todo, y no pensaba abandonar a su hermano. Debía convencer a su tío.
—Tío, hemos crecido con historias de la montaña, que tú nos has contado. No puedes arrebatarle eso. Lo llevare a cuestas de ser necesario. —estaba dispuesto a todo con tal de permanecer junto a su hermano.
—Algún dia serás Rey y lo entenderás. No puedo arriesgar esta misión por el bien de un enano, aunque sea de mi familia. —Narwen oía las palabras de Thorin, y sintió pena. Él estaba dispuesto a cambiar su sangre por una corona. No quiso escuchar más, por lo que se arrodillo delante de Kili y reviso su herida. El enano se quejo, el dolor era cada vez más fuerte, ella sabía que no tenían mucho tiempo.
Fili observo a su hermano. Vio su cara de dolor y supo donde debía estar. Salió fuera del bote con decisión. Thorin lo tomo del brazo.
—Fili, no seas estúpido. Tu sitio esta con la compañía. —ya había perdido a Narwen, no podía perder a uno de sus mejores guerreros.
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Destinados
FanfictionNarwen , hija de Lord Elrond, hermana de Arwen, Elladan y Elrohir. Su vida cambia cuando un mapa y una llave llegan a sus manos. Una nueva aventura comienza...