Los habitantes de Rohan junto con su rey, comenzaron a vaciar la ciudad, rumbo al Abismo de Helm. No era demasiado lejos, pero sí lo era para toda una ciudad que debía ir a pie.
Narwen había decidido ceder su lugar en su caballo a unos niños, de los cuales uno tenía un problema en una de sus piernas. Ambos jóvenes observaban atentos a la elfa que caminaba a su lado, guiando con las riendas al animal. Jamás habían visto un elfo en sus vidas, por lo que llamaba mucho su atención.
Legolas caminaba unos pasos detrás, solo observándola.
Gimli había sido invitado por Eowyn para montar en su caballo. La sobrina del rey había oído como el enano se quejaba de tener que caminar distancias largas, por lo que cedió su caballo para que pudiera viajar cómodo. Jamás creyó que la compañía de este resultara tan divertida.
–Es cierto, no se ven muchas enanas. Y, de hecho, son tan parecidas en voz y aspecto que a veces las confunden con enanos hombres. –Eowyn reía ante los relatos de Gimli. –Eso ha generado la creencia de que no hay mujeres enanas, y que los enanos simplemente surgen de hoyos en el suelo, lo cual es ridículo. Es como decir que los elfos nacen de los árboles. –Narwen rio al oír aquello.
–Pero todos han visto elfos de ambos géneros, de hecho con ustedes vienen dos. –dijo Eowyn apuntando hacia Narwen, quien caminaba al lado de ambos.
– ¿Pero ha visto elfos bebes? ¿O elfos pequeños? –pregunto Gimli, a lo que la mujer dudo.
–No, de hecho ellos son los primeros elfos que veo. –observo a la elfa, preguntándose cuantos años tendría, pues sabía que eran una raza que jamás envejecía.
–Los elfos somos muy cuidadosos con nuestros niños. –explico Narwen. –No suelen salir de nuestras tierras mientras son pequeños. Luego de años lo hacen. Mis hermanos Elrohir y Elladan lo hicieron cuando aprendieron a luchar, mientras que mi pequeña hermana Arwen lo hizo al crecer, y acompañada de mi padre. –Arwen había aprendido a defenderse, pero no había dedicado su vida a la protección del Valle como ella y sus hermanos lo habían hecho.
–Oh, entiendo. Es bastante lógico. –era la primera vez que intercambiaba palabras con la elfa, y le agradaba.
–Imagino que los enanos cuidaran igual a sus niños. –dijo Narwen hacia Gimli.
–Claro que no. Nuestros hijos nacen empuñando un hacha en sus manos. –bromeo, lo que hizo reír a ambas mujeres. Pero las risas aumentaron cuando el caballo corrió, asustado por algo, y dejó caer al enano de su lomo.
Luego de unas horas, Théoden decidió tomar un descanso, pues entre su gente había ancianos y niños que necesitaban alimentarse.
Eowyn tomo un caldero, el cual coloco al fuego. Allí le agrego al agua algunas verduras, especias, mientras cortaba un trozo de pescado. Narwen se quedó cerca, observándola. Noto que la Rohirrim no le quitaba las vísceras al pescado. Pensó en acercarse y explicarle como se limpiaba, pero temía ofender a la mujer. Vio como colocaba el pescado con viseras, sangre y escamas dentro del caldero, mientras revolvía con una larga cuchara de madera. Se alejó, sintiendo pena por quienes comieran aquella sopa.
Mientras mordía una manzana la cual le había dado el niño que tenía problemas para caminar, observo como Eowyn caminaba entre la gente con el caldero en su mano, ofreciéndolo a cada uno que pasaba por su lado. Gimli fue uno de aquellos, pero el enano se excusó con que ya había comido lo suficiente. Narwen rio.
Pronto, los pasos de la mujer se dirigieron hacia Aragorn. Narwen quiso carcajear.
El montaraz fumaba de su pipa cuando Eowyn se acercó a él.
ESTÁS LEYENDO
Destinados
FanfictionNarwen , hija de Lord Elrond, hermana de Arwen, Elladan y Elrohir. Su vida cambia cuando un mapa y una llave llegan a sus manos. Una nueva aventura comienza...