Capitulo 6

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La salida del valle no tuvo muchos percances. La compañía logro pasar desapercibida en los alrededores de Imladris. Narwen pudo guiarlos por pasos seguros, lugares que conocía muy bien.

Cuando llegaron a los lindes de su tierra, le cedió su puesto a Balin y Thorin, para que ellos decidieran cual era el mejor camino a seguir. En su camino había unas montañas, las opciones que tenían era bordearlas o atravesarlas por arriba. Ambos enanos decidieron que la mejor opción y la que les llevaría menos tiempo seria aventurarse por encima de ellas. La elfa no estaba muy de acuerdo, veían una tormenta acercándose por el norte, y el viento no ayudaría a caminar en la altura, pero no quería contradecir a los enanos. Ellos eran expertos en rocas y montañas, aquello no podía salir mal, ¿verdad?

Comenzaron a subir por un estrecho paso, con algunas escaleras precarias. Para Narwen no era difícil mantenerse en equilibrio o pisar con delicadeza, su raza se lo permitía.

En fila, iban subiendo, con mucho cuidado. Bilbo se habia quedado cerca de Bofur, sabiendo que si algo fallaba, el enano iba a ayudarlo, no podía decir lo mismo de Thorin que a cada oportunidad le repetía que no debía estar con ellos, que ese no era su lugar.

Fili caminaba detrás de Narwen, Kili por su parte iba delante guiando al grupo acompañado de su tío. El enano creyó que aquella era una buena oportunidad para entablar una conversación con la elfa, pero nada venia a su mente. Al final fue la misma elfa la que inició la conversación.

—Este lugar está lleno de historias. Mi padre, me ha contado la mayoría de las leyendas de la Tierra Media. Se dice que estas son las tierras de los gigantes de piedra. —el enano oía con atención, Narwen poco a poco empezaba a entrar en confianza con ellos.

—Espero que solo sean eso, leyendas. Un enano pateándole el trasero a un gigante de piedra seria como una pulga intentando golpear el trasero de un caballo. —la elfa no pudo evitar soltar una carcajada ante el chiste de Fili. El enano sonrió, era la primera vez que la oía reír así.

—Mi pueblo jamás ha visto a ninguno de estos seres señor Enano, por lo que creo que solo son desvariaciones de un viejo borracho. —Bombur que iba detrás de Fili, sonrió también al oír las palabras de la elfa.

—Princesa Narwen por favor llámeme Fili, los señores aquí son los que ocupan canas. —la elfa se detuvo y volteo a mirar al enano.

—Narwen, no Princesa. No es bueno que la gente sepa quién soy. —los orcos podrían llegar a usarla de alguna manera contra Imladris de saber quién es, jamás se presentaba como la princesa de Rivendell.

—Narwen entonces. —sonrió observando los bellos ojos azules de la elfa. Continuaron caminando, hasta que la noche se poso sobre ellos. Una tormenta se desato a los pocos minutos que la oscuridad los envolvió. Agua, viento, truenos y rayos los azotaban sin piedad. Y pronto un gran temblor los hizo trastabillar.

— ¿Qué es eso? —grito Gloin apuntando hacia la montaña frente a ellos. Allí, de pie, habia un enorme gigante de piedra.

Las leyendas habían sido reales.

La montaña donde estaban parados, volvió a temblar, pedazos de roca caían a sus costados. Se sostuvieron de donde podían, la montaña seguía vibrando. Pronto se dieron cuenta, lo que ellos creían que era una simple montaña, era nada más que otro gigante. Ambas criaturas empezaron a luchar, a golpearse salvajemente. Mientras la compañía seguía tratando de aferrarse a alguna piedra.

—Debemos salir de aquí. —grito Balin, todos comenzaron a correr por lo que era una de las rodillas del gigante. La mitad de los enanos, junto a Narwen, lograron saltar hacia la saliente de una montaña, y cuando la otra mitad quiso hacer lo mismo, el gigante movió su rodilla, alejando a Fili, Bombur, Oin, Gloin, Bifur, Bilbo y Bofur de aquella saliente. Narwen habia intentado tomar a Fili de la mano, y este habia intentado lo mismo, pero el abismo entre ellos se los habia impedido. Aquellos que estaban a salvo observaban lo que acontecía frente a ellos. Sus compañeros estaban en grave peligro, pero no habia nada que ellos pudieran hacer.

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