Sicofante, abriste heridas que ya estaban cerradas,
me enseñaste que el amor era sinónimo de destrucción
y que mi belleza no me hacía especial,
me hacía ingenua.
Sicofante,
no eres como los demás,
nadie se hubiera atrevido a tanto,
fuiste una extens...
No todo fue tu culpa Sicofante, al principio me faltó compromiso, me faltó cariño, me faltó ganas y amor. Lo sabias, eras consciente de que antes de ti, hubo alguien más, un alguien que prometió pintar mi casa de violeta, construir una chimenea, y deshacerse de la salamandra, hubo un alguien que me leía cuentos de Poe, quien me enseño la literatura, los renglones de poesía que se esparcían en recuerdos pasados, "No te merece" dijiste, una mañana cuando con ilusión, te enseñe lo que había escrito para mi persona, me reí, te llamé tonto, y continué con mis cariños direccionados, quería el amor, deseaba tanto el sentir, que no me importo en lo absoluto la idea de que podías destruir.
Al final, tuviste razón, Sicofante, una de las pocas cosas que alabo de ti, es tu ojo por las personas, ese detector de mentiras, ese escáner para admirar los errores ajenos, y como no, si tú los cometiste primero.
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