Sicofante, abriste heridas que ya estaban cerradas,
me enseñaste que el amor era sinónimo de destrucción
y que mi belleza no me hacía especial,
me hacía ingenua.
Sicofante,
no eres como los demás,
nadie se hubiera atrevido a tanto,
fuiste una extens...
¿Como olvidarme de algo que fue tan amargo? ¿Como regreso mi corazón a mi pecho? ¿Cuándo recuperará su lugar?
Si después de tanto deja de latir, no me entierren junto a él, ya no es mío, nunca lo fue, y vayan, golpeen su puerta, entréncenselo en un pequeño féretro.
Que se encargue del resto, que lo embalsame, y lo coloque junto a los otros corazones que robo.
Sicofante, es todo tuyo, ya no lo quiero, el ya no me quiere, te prefiere a ti, y tus cafés en la mañana, a tus cartas absurdas de amor e historia.
Quiere tus besos, tu tacto, tu voz, Sicofante, está enamorado, trátalo mejor, no tiene la culpa, solo es un corazón.
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