Capítulo 11

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El tiempo entre Kara y Lena comenzó a pasar en total tranquilidad, incluso las lunas llenas ambas se las arreglaron para que Lena fuera al sótano, sobre todo en las noches, cuando se acentuaba su descontrol, pero de día incluso a veces Kara veía bueno que saliera, hacían el amor hasta la saciedad y se encargaba de alimentar a Lena hasta que no pudiese pasar más bocado.

Cuatro meses habían pasado desde que Lena se había convertido en una Beta, las cosas marchaban perfectas...hasta que todo pareció torcerse para Kara...

Lena no trabajaba, y no sólo eso sino que llegaba a la casa muchas veces empapada en sangre, con heridas horribles de batallas que tenían contra otras manadas, Kara no tenía vida, no tenia paz, cada noche se acostaba pensando en ¿Con qué otra herida llegará? ¿Estará viva mañana?

Sus miedos se hicieron aún peores cuando fue a la farmacia días después de sentirse mal, su período llevaba tiempo sin estar presente, era más que obvio para ella, a pesar de que se tomaba todos los tés que le hacía Lilian, y la mujer obviamente por mucho que quisiera nietos era realista, Lena y ella aún no podían tener hijos.

Después de regresar de la farmacia, hacer algunas compras y hablar con su madre, a la que todavía no podía presentar en la manada por obvias razones, Kara fue al baño e hizo varias pruebas y se sentó a mirar los resultados, a pesar de que sabía que con una era suficiente, quería creer que todo esto era una dolorosa equivocación.

Cuando todas fueron positivas Kara quiso ahorcarse ¿Qué diablos haría? Tenía que sacárselo, de inmediato, mañana iría a ver a algún médico ¿Pero a quién? No podía decirle a su madre ni a su hermana, a su padre mucho menos, aunque sabía en esencia que Eliza la apoyaría, también significaba demasiadas preguntas que Kara probablemente no podría responder.

Guardó las pruebas insegura de si decirle a Lena o no y simplemente se puso a cocinar.

Lena llegó después de la una de la tarde y sonrió yendo hacia su novia—Hola amor—la abrazó por detrás.—¿Qué tal tu día?

—Bien—Respondió Kara mientras cortaba los vegetales.

—¿Sólo bien? Kara...¿Realmente estás bien?—acarició su cintura despacio—¿Quieres amor? ¿Otra cosa? Haré lo que sea por ti.

Amor, en el lenguaje de Lena, era sexo, y era algo que ella siempre buscaba de Kara, algo que ya la molestaba también. Se giró molesta.—¿Sexo Lena en serio, es lo primero que preguntas?

Lena dio un paso atrás soltándola—Calma, sólo pregunté, además dije que si querías otra cosa también y que haría lo que fuera, parece que omites eso.

Kara la miró con el cuchillo en la mano—Siempre, Lena—dijo colocándolo en la meseta de la cocina lejos de ellas.—Siempre es lo mismo, no trabajas, llegas herida, todo lo resuelves con darme "amor" .

—Kara pero yo...intento dar lo mejor y aprendo...—Lena la miró y suspiró con tristeza.

—Llevas meses "aprendiendo" Lena, llevas meses peleándote como un perro.

—Es mi familia también Kara, ellos me necesitan.

—YO TE NECESITO LENA, YO—Estaba en el borde del colapso, y Lena no entendía por qué.

La pelinegra se acercó para abrazarla y enseguida la rubia la empujó—No me abraces, estoy hablando contigo ¿Cuándo voy a dejar de ser la única que trabaje aquí? Lo hago todo.

—Yo aprendo a cocinar, Kara, y traigo comida—se rascó la cabeza pensativa.—No pagamos renta ni hemos tenido que comprar nada, sólo comida para ti, yo no toco tus ganancias, no te pido que me compres nada.

Wild CreatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora