Capítulo 41

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Varios días después.


Kara estaba correteando con Lori en su forma de loba después de entrenar como cada día, amaba esta nueva libertad. Alex iba con ellas al igual que Ava.

—Mira eso—dijo Lena con orgullo—Mira a mi compañera cómo corre.

—Alex también corre mucho—dijo Sam cruzándose de brazos.

—No empieces Sam, Lena solo está feliz.—dijo Sara.

Las tres miraban a sus respectivas mujeres, estaban enamoradas hasta las trancas.

—¿Y cómo solucionaste lo de Alex?—preguntó Lena.

—No sé, después de tu aullido oí decir que todo el mundo volvió en sí más rápido, Alex había estado huyendo y se veía asustada pero luego me reconoció y la cargué para traerla de vuelta.

—A Ava le pasó similar, creo que fue tu llamado de Alfa o algo así.—Sara al ser la doctora tenía una pregunta importante en mente—¿Se les desarrollará la parte masculina a ellas también?

—No lo sé, sólo me dijo mi madre que no lo creía, o que si pasaba demoraba años en aparecer, hasta ahora los convertidos no tienen eso, pienso que podrían desarrollarlo con el tiempo, no lo sé.

—Ni modo, igual a mí me viene bien porque Alex quiere tener los bebés ella—dijo Sam con amor—será una gran madre y le cumpliré todos sus antojos.

—A Kara yo le daba la luna si no estuviera tan lejos, pero hey le di dos manadas—dijo sonriente.

—A Ava yo—Sara se miró las manos—¿Qué podría darle?

"Idiota se les olvida a las tres que ahora somos lobas y oímos igual que ustedes" Sara oyó a Ava en su mente "A mí tu me das más de lo que nadie jamás me dio, me das amor, paciencia, regalos carísimos por cierto, tú me diste toda tú y la oportunidad de estar contigo siendo tu igual y eso vale oro" Sara se sonrojó.

—¿Ya viste Sara? 

Todas sonrieron complacidas.

"Lena, vamos al bosque amor" oyó la voz de Kara en su mente y se quitó la ropa en menos de lo que cantaba un gallo.

La loba dorada se fue acompañada de la loba negra y Lori se quedó con Alex y Ava jugando.

—¿Cuánto a que van a coger?—dijo Sam alzando las cejas.

—Estoy empezando a dudar que tengamos celos regulares, porque el de estas dos parece ser perpetuo—dijo Sara riéndose.—Vamos a jugar con Lori, hay que enseñarle nuevas palabras.

Sam y Sara se les unieron a sus mujeres y comenzaron a corretear con ellas por todo el claro cercano a la mansión. Habían vuelto a la que compartían Lena y Kara porque ahora al haber otra manada necesitaban un lugar más céntrico. 

Lena y Kara estuvieron en el bosque durante dos días completos y cuando salieron venían ambas alegres, Lena venía con Kara en su espalda quien alzaba las manos aullando en su forma humana—¡WUJU!

—Amor mío, vas a espantar a los animales.

—¿Cuales animales? Les tumbamos los árboles Lena—dijo Kara preocupada.

—Descuida esos árboles estaban viejos y no tenían animales en su interior.

—Bueno, respiro tranquila entonces—le lamió la oreja a Lena—Amor...¿Más?

Lena dio la vuelta y corrió al bosque nuevamente, salieron varias horas después. Kara lucía radiante, lucía una sonrisa infantil llena de colmillos afilados.

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