Capítulo 12

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Cuando llegaron a la cabaña el mundo de Kara pareció dar vueltas en su interior, aquí solía hacer el amor con Lena, y solían estar bien, hasta que ella lo arruinó todo, no podía entender que cuatro meses no eran suficientes para que una persona supiera todo lo de una vida, trabajara y diera dinero a la casa.

Hablando de dinero

Kara vió un fajo de dinero lleno de polvo en la mesa, todo tenía polvo, había quedado igual que antes.

—Acaba de entrar—Saskia la empujó bruscamente.—Ah y tú duermes en el cuarto donde la encontraron, en la misma cama—sonrió con malicia señalando la habitación. Kara temía verla, temía ver la cama intacta, y su temor se hizo realidad.

La cama estaba destendida, habían manchas de sangre seca en la parte superior, sobre todo en la almohada. Kara tragó pesadamente.—No puedo dormir ahí...

—Oh sí, sí que puedes, y tu bebé duerme en otro cuarto—dijo sonriente—Usaré su ropa, espero que no te moleste, todo huele raro cuando ha estado un año y medio guardado.

La bebé estornudó por el polvo y miró a su madre—ma....ma—volvió a estornudar. Kara salió de inmediato de la casa.

—Necesito limpiar, al menos sostenme a la niña para hacerlo, a menos que quieras hacerlo tu—dijo.

Saskia se lo pensó un momento—Ponla en el suelo, no se caerá—dijo con una risita.

Kara frunció el ceño—Si no cooperamos no podrás irte libremente, ayúdame y te ayudas a ti misma.

Saskia la miró y tomó a la bebé quien la miró con curiosidad y comenzó a pestañearle mientras la observaba cada vez más atentamente.—¿Qué coño miras eh?—la bebé se echó a reír bajito.

Kara comenzó a limpiar todo , le costó mucho trabajo, sobre todo a la hora de llegar a la cama donde había yacido Lena en sus últimos momentos.

Al terminar con toda la casa, habían pasado horas, salió corriendo preocupada por la niña pero ella se veía muy feliz en brazos de Saskia quien la alimentaba con un biberón—Esto no es leche , sabe a rayos y tuve que alimentarla porque este parásito chilla mucho.

—No le llames parásito—Kara la miró ofendida—Es tu sobrina.

—Me importa un bledo, es mitad humana igual que tú, así que es tu misma escoria—Casi se la lanzó a Kara, y enseguida la bebé empezó a llorar haciendo manitas hacia Saskia.—Olvídalo parásito, ve con tu madre, no me gustan los niños.

Kara le arrebató el bolso y el biberón a Saskia y entró con la niña sintiéndose humillada, llevó a la bebé a un cuarto limpio en la planta superior y le cambió el pañal—Hey, no eres un parásito—sonrió a su bebé que la miraba con los ojitos hinchados—Eres una bebé hermosa y valiente.

Los ojitos verdes contemplan los azules que están igual de hinchados, con ojeras bajo ellos. A Kara no le interesa nada, pero no puede ir a su casa, no aún. Suspira al terminar de cambiar a la niña y para su sorpresa ve a Saskia vestida con una sudadera que le dió a Lena hace tiempo, ella cocina de forma callada.

 Suspira al terminar de cambiar a la niña y para su sorpresa ve a Saskia vestida con una sudadera que le dió a Lena hace tiempo, ella cocina de forma callada

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