Capítulo 33

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Lena se despertó despacio y tocó su propia frente, parecía que su fiebre se había ido. Miró a su lado a la figura que dormía abrazándola como si fuera su peluche personal y sonrió con la tierna imagen.

Salió de la cama con cuidado y enseguida Kara despertó —No te vayas ¿Sí?—su mirada de cachorrita derritió el corazón de Lena.

—No me iré, sólo iré a preparar desayuno—Entonces la rubia se relajó asintiendo.—Enseguida regreso.

—¿Me das un beso antes de ir?

Lena sonrió—Tramposa—la besó con ternura en la frente.

—En la boca Lena.—se quejó.

—Kara pero no me he lavado la boca.

—No me importa, estoy segura de que cosas peores haz hecho con esa boca.

Lena rodó los ojos y se metió a la cama para besarla suavemente en sus labios, haciendo que Kara jadeara bajito por el ansiado contacto—¿Feliz?

—Como una lombriz.

La pelinegra se rió bajito y bajó las escaleras para hacer el desayuno mientras Kara se quedaba en cama y suspiraba como una colegiala. Desde que había despertado anteriormente, ya con las mordidas de Lena, la rubia no podía dejar de sentirse fuertemente atraída por ella.

Dios ¿Por qué me siento tan rara?

Kara lo sabía, sus bragas se habían mojado, le excitaba Lena ahora más que nunca, pero lo mejor era que ahora sí podrían ir sus actos acorde a lo que pensaba y deseaba. Se aferró a la almohada y olió a Lena en ella, su esencia.

Huele tan bien.

Cuando Lena regresó con una bandeja con desayuno le impresionó ver a Kara sudando y restregándose la almohada contra sus partes íntimas sobre la ropa—¿Kara estás bien?—colocó la bandeja en la mesita de noche.

—P-perdón me siento muy rara—gimoteó sin poderse controlar—No pienses mal de mí, no puedo evitarlo, no sé qué me pasa.

—Tranquila es probable que sea por mis mordidas, estás volviendo a la normalidad después de estar un tiempo con las de Imra, supongo que sea eso.

—Lena—Kara se lanzó sobre ella temblando—Ayúdame un poco.

—Dime ¿Cómo puedo ayudarte?—A este punto Lena prefería preguntar y no dar nada por sentado, ya bastantes errores había cometido.

—D-déjame frotarme contra ti—susurró casi salivando.

—Sí, haz lo que necesites—Lena le acarició el rostro con suavidad y Kara tomó uno de sus dedos y lo chupó, haciendo que la pelinegra tragara en seco.

—Sé que esto es raro porque te recuerdo muy poco, pero no puedo evitarlo—susurró comenzando a frotarse contra el muslo de Lena, su cuerpo estaba tenso y caliente —No puedo evitar sentirme así por ti, sólo olí tu almohada y me puse rara—su gemido parecía más un sollozo.

—Hey, mírame—Lena sonrió con amor—Perdón, ayer te hice pasar un mal rato, quería que me entendieras porque no soy humana pero olvidé que tú también debes ser comprendida, esto debe ser duro y difícil de asimilar, pero me tienes aquí, así que haz lo que desees.

Kara asintió y la besó con desespero mientras se frotaba agresivamente contra la pelinegra. De esa manera alcanzó varios orgasmos, su cuerpo estaba tan sensible, sobre todo en presencia de Lena, que se quedó exhausta poco rato después.

Lena la acomodó en la cama con suavidad y miró su short de dormir, estaba mojado en la entrepierna, demasiado. La pelinegra obvió su propio deseo y simplemente arropó a la rubia y salió de allí.

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