Despertó por el sonido en incesante en su teléfono. Revisando la pantalla con el nombre de su padre y negandose a responder.
-Que bien la pase- se estiró en la cama sintiendo la punzada en su cabeza- Maldita sea...es la peor parte- se metió al baño para darse una ducha fría y terminar de despertar.
Una vez se quedo en ropa cómoda fue a la cocina del departamento, sacando alguna de esas sopas preparadas para la resaca, un poco de agua y estará lista.
Estar solo algunos años le había enseñado qué vivir por tu cuenta no era sencillo, aprender a cocinar fue un reto, aunque realmente no sabe hacer muchas cosas.
Su teléfono volvió a sonar pero lo ignoro al comprobar qué era su padre de nuevo.
Tenia cuatro años que había salido de esa mansión y solo iba para eventos familiares. No quería involucrarse con los negocios turbios de su padre, aunque de eso pagó ese departamento donde vive, en su defensa él no lo sabia cuando se lo regaló. En verdad solo pensó que el negocio familiar iba bien, no qué su padre estaba metido en cosas de legalidad dudosa.
Apago la estufa y sirvió algo de la sopa en un plato, escuchando la puerta de la otra habitación abrirse. Dejando salir a su hermano menor con la misma ropa de la noche anterior y una clara expresion de resaca.
-Ve a ducharte, te ves horrible. Das asco- le dijo mientras daba pequeñas cucharadas.
-Guardame un poco de eso... lo necesito- le dijo el menor regresando a su habitación para, suponía, seguir su consejo.
-Siempre le digo que se controle y nunca lo hace, no soy niñero, tiene voluntad propia para cuidarse- se quejó con las punzadas regresando a su cabeza- Ni siquiera se como él regresó si yo tenia el auto-
Su hermano le pidió mudarse con él desde que entró a la universidad, no veía problema, le sobraba una habitación y la compañía le vendría bien de vez en cuando. Entendía qué también quería desconectarse de las cosas que hacía su padre. De eso ya habían pasado un par de años, su hermano ahora de 20 años de edad estaba más interesado en salir de fiesta con él, tiempo de hermanos, claro. Así le decía cuando en realidad Vegas sabía que solo lo usaba de chófer para llegar a los lugares, no lo culpaba, a él también le hubiera gustado un hermano mayor así.
De nuevo la puerta de la habitación se abrió y él sirvió un segundo plato de sopa.
-¿Como regresaste a casa?- le pregunto cuando se sentó frente a él.
-En taxi, malditamente caro debo admitir- aun con una mueca sosteniendo su cabeza su hermano estaba muy despierto.
-¿Al menos lo valió?- preguntó- ¿Fue bueno?-
-Fue muy bueno, creo que veré si me dio su número- respondió el menor.
-Ten cuidado, no querrás quedar envuelto en un problema como yo- soltó un suspiro terminando su plato.
-Eso te pasa por estar con chicas, son problemáticas. Yo no estoy en esa situación ¿Lo has intentado?¿No te atraen en absoluto los chicos?- pregunto mirándolo divertido.
-Lo intente un par de veces pero... no lo se. Los que son lindos son demasiado... accesibles- termino por responder.
-¿Qué no es eso lo qué buscas? Pasarla bien un rato...- lo miro confundido.
-Sabes que si, pero creo que no quedo satisfecho, anoche lo intente, fue bueno pero... no quede con ganas de repetirlo. Incluso cuando se fue iba poniéndose de acuerdo con otro en un hotel al telefono- soltó un suspiro.
-Ahora quieres una relacion- le dijo su hermano.
-No, le huyo al compromiso ¿Recuerdas?- respondió molesto.
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Inesperadamente
RandomVegas es finalmente feliz y libre de las ataduras de su padre desde hace algunos años. En cuanto se graduó de la universidad y consiguió un empleo se mudo a un departamento. Lejos de los negocios turbios, eso era lo mejor, estaba harto de los confli...