Un par de semanas despues, habían cambiado el día de descanso de Pete al domingo. Así que salir un sábado por la noche parecía buena idea. Macau había insistido en que el podía dormir a Venice y se quedaría en casa toda la noche.
-Oye Vegas... lleva protección- le dijo metiendo un preservativo en la chaqueta de su hermano.
-No necesito eso, te dije que llevare las cosas con calma- termino de ponerse colonia y tomo su chaqueta qué había dejado sobre la mesa.
-Solo digo, quizás se pueden emocionar en el momento- se encogió de hombros.
-Venice, portate bien con tu tío ¿Si?- el pequeño ya bañado y en pijama asintió con la cabeza.
-Papá.. ¿Por que yo no?- pregunto con un puchero.
-Porque es noche y a esta hora tu debes dormir. Pete y yo vamos a un lugar donde no pueden ir niños- le respondió besando su frente.
-Bien..- se quedo quieto pero con una clara mueca de desagrado.
-No creo regresar tan tarde- le dijo a su hermano.
-No regreses en toda la noche- le dijo Macau cuando estaba a punto de salir.
Pete se volvía loco decidiendo en si usar bálsamo en sus labios o no. Quizás a Vegas no le gustaba el maquillaje, así que solo uso un poco para sentirse más seguro, el dilema estaba en si usar el bálsamo o no, era necesario o no. No es como que quiera que sus labios estén suaves para besarlo en cualquier momento o quizás si.
-Tranquilo.. solo iran a cenar- termino poniéndolo de todos modos, guardandolo en la pequeña bolsa cruzada.
Era su primera cita a solas, Chay lo había acompañado a comprar un pantalón y camisa nuevos, en color negro y azul eléctrico, era un color fuerte y aunque admitía qué si le gustaba como quedaba, era una combinación qué lo hacía llamar la atención, sintiéndose un poco incomodo.
-Estas bien, Pete. Todo saldrá bien, él dijo que sería paciente. No intentará tocarte- se dijo a si mismo para tranquilizarse.
Escucho los toques en la puerta y fue a abrir. Sonriendo al verlo, iba con ese estilo de ropa casual pero sexy. Sin duda, Vegas era todo un seductor cuando lo intentaba.
Subieron al auto en dirección al restaurante. Entre los tantos sitios qué propuso Vegas para que Pete eligiera, decidió una cena en un restaurante, no era algo loco como el club pero tampoco tan aburrido como un café.
Los llevaron a su mesa y pidieron cosas diferentes, junto con una botella de vino. Pete tenia muy poca tolerancia pero ciertamente lo dulce del vino no le permitió distinguir cuanto había bebido hasta que empezó a sentir el mareo.
Terminaron de cenar y con la mano de Vegas rodeando su cintura para sostenerlo, llegaron al auto. Manejo un poco alrededor de la ciudad, llegando a un punto en la carretera, orillandose.
-Pete.. ¿Te sientes mal?-pregunto moviendolo suavemente, quito el cinturón para darle más libertad.
-Mhh.. no, yo.. estoy... perfecto- dijo riendose un poco para después mirar alrededor- ¿Donde estamos?-
-Pensé que querías vomitar... solo estoy a orilla de la carretera- bajo la ventanilla del auto- respira-
-Bien.. entiendo. Claro que entiendo- con torpeza presiono el botón del cinturón de seguridad de Vegas- hazlo-
-¿Hacer qué?- pregunto confundido- Pete.. ¿como voy a dejarte así solo? Debí detenerte, pensé que si sabias beber-
-Me trajiste a un lugar retirado y oscuro después de una cita- le dijo tomando su rostro- ¿Quieres besarme?- pregunto riendose.
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Inesperadamente
RandomVegas es finalmente feliz y libre de las ataduras de su padre desde hace algunos años. En cuanto se graduó de la universidad y consiguió un empleo se mudo a un departamento. Lejos de los negocios turbios, eso era lo mejor, estaba harto de los confli...