Un fin de semana más en la vida de Vegas y Pete, estaban sentados en una banca del parque mientras Venice volvía a alimentar sus animales favoritos, las palomas.
Demasiada calma, era lo que los rodeaba. Macau se encontraba en casa de su padre, iba después de clases para ponerse al corriente sobre cosas de la empresa, solo para tener conocimiento y en fines de semana aprovechaba para aprender a cuidar al pequeño Win, solo llevaba dos días y ya sentía que se iba a morir del cansancio.
-¿Qué pasa?- Pete se puso de pie para alejarse un poco señalando el teléfono para avisarle a Vegas qué respondería en privado.
Vegas solto un suspiro mirando alrededor, había mucha gente en el parque ese día pero aun así sentía una gran calma, demasiada incluso, que le preocupaba. Podía ver a Venice aun jugando a perseguir a las palomas hasta que volaban.
Pete regreso de su llamada con una clara expresion triste.
-¿Qué paso?- pregunto Vegas.
-Chay esta muy triste, me duele verlo asi- respondió suspirando.
-¿Entonces por que termino con Macau?- pregunto molesto- Él tambien esta triste y lo sabes-
-Si, lo se. Se lo dije, pero aun esta en negación.. no cree que sea bueno que Macau se distraiga ahora, su prioridad debe ser ese niño- negó con la cabeza.
-Que complicado..- se quedaron mirando el atardecer un poco más, hasta que termino.
-Vámonos cariño- llamo Pete a Venice qué regreso corriendo.
-Podemos.. podemos.. ir a comer... pizza ¿Si?- pregunto emocionado mientras caminaban a donde dejaron el auto estacionado.
-Claro que sí- respondió Pete con una sonrisa.
-Oye.. mi opinion tambien cuenta, como puedes asegurarle eso- respondió Vegas ofendido aunque sonriendo.
Se adelanto para quitar los seguros del auto y abrir la puerta del asiento trasero.
-Listo, arriba- se giro hacía donde deberían estar ellos encontrandose rodeados por al menos 4 adultos armados. Dos amenazando a Pete y al pequeño y dos contra él.
-Papi..- el pequeño se giro para abrazar con fuerza las piernas de Pete.
-Shh.. aqui estoy bebé- acaricio su cabello.
-Deberíamos pagarle a tu padre con la misma moneda, quitarle alguien importante de su familia- dijo uno de ellos.
Vegas alcanzo a distinguir a su guardaespaldas silencioso detrás de un auto, listo con un arma.
-El asunto soy yo, ellos no son parte de eso, dejalos- respondió manteniendo la calma.
-No, ellos son nuestro seguro- respondió otro golpeando a Pete- de rodillas-
Compartieron una mirada antes de que Pete bajara al suelo y aprovechara para abrazar al pequeño.
-Ellos no son amenaza, solo es un niño y un chico ordinario- comentó Vegas buscando distraerlos.
Al parecer su guardaespaldas aun no tenia un tiro libre o ya lo hubiera hecho.
-Traelos aquí- ordenó otro.
Jalaron a Pete del brazo para que volviera a ponerse de pie, se quedo con el pequeño Venice en sus brazos dejándolo con su rostro escondido en su cuello.
Lo guiaron hasta subir a un auto, en el asiento trasero.
-Dejalos irse- volvió a llamar Vegas mientras veía alrededor, no había más gente, eran solo esos mismos 4. Escucho como cerraron la puerta del auto, verificando qué tanto Pete como Venice estaban dentro, mientras el tipo qué los vigilaba estaba a un costado de la puerta de pie, con el arma en mano.
ESTÁS LEYENDO
Inesperadamente
RandomVegas es finalmente feliz y libre de las ataduras de su padre desde hace algunos años. En cuanto se graduó de la universidad y consiguió un empleo se mudo a un departamento. Lejos de los negocios turbios, eso era lo mejor, estaba harto de los confli...