-Debo estar loco- se dijo Pete abriendo la llave de la ducha después de levantarse.
Cerró los ojos dejando que el agua cayera por desde su cabeza recorriendo su cuerpo.
-¿Me vas a dejar entrar?- le pregunto el hombre acorralandolo contra la puerta.
-¿Quieres?- dijo Pete con una respiración agitada.
-Si, me muero de ganas- un agarre se hizo firme en su cintura al abrir la puerta y entrar.
-Yo tambien- susurro justo antes de ser él mismo quien iniciaba un beso y tiraba con fuerza de los botones en la camisa de Vegas para deshacerla.
Pete abrió los ojos y llevo una mano hasta sus labios sintiendo su rostro caliente.
Había vuelto a recordar lo que soñó esa mañana, aunque no era precisamente una pesadilla.Era estúpido, solo lo vio cinco minutos la noche anterior pero recordaba muy bien sus facciones, sus labios se habían sentido suaves en su sueño. Y por eso estaba dándose una ducha, lejos de lo esperado, el sueño de Pete había sido más intenso, pero no quería pensar en lo que vino después. Se sentía culpable.
Termino de ducharse rápido y salió para vestirse y desayunar.
-¿Por que?- se pregunto revisando la tarjeta que le dio el contrario- Vegas Theerapanyakul... profesor de lengua extranjera: Ingles- leyó la tarjeta y reconoció el nombre del colegio, era privado, caro y con buenas referencias. Llego a conocer compañeros de la universidad qué asistieron a ese colegio, venían muy bien preparados en todas las materias.
El nombre seguía dando vueltas en su cabeza. Ese sueño había dejado una gran impresión en su memoria, no podía sacarlo.
Pete llego a sentir atracción hacía su ex-novio, claro que sí. Incluso llego a excitarse mientras se besaban, sabia lo que era desear ser tocado voluntariamente. Sin embargo, lo que sentía antes sobre eso, desapareció el día en que lo hizo la primera vez con él y descubrió qué no lo disfruto en absoluto, ni una sola vez pudo volver a sentir ese tipo de necesidad en su cuerpo.
Hasta esta mañana qué el dolor se instalo en su parte baja, dejándolo saber que necesitaba atención, pensando únicamente en las escenas mentales de lo que soñó, demasiado gráficas para su mentalidad conservadora. La ducha lo soluciono pero sinceramente no dejaba de pensar en ese tipo, sentía algo en su interior cada que pensaba en él.
-Calmate. No seas un sucio- se dio un pequeño golpe en su propia mejilla después de lamer su dedo índice, tenia algo de mermelada. Volvió a ensuciarlo y esta vez succiono la punta de su dedo dejando detrás un sonido de chasquido. Haciéndolo enrojecer del rostro- Eres un malpensado Pete, basta- se regaño a si mismo, terminando de decorar sus hotcakes con un plátano en rodajas alrededor. Sacudió la cabeza cuando sus pensamientos de nuevo se desviaron a unos subidos de tono.
Desayuno viendo algún episodio de una serie como distractor hasta que su hora de ir al trabajo llego. Cerró su puerta con llave y salió del edificio.
Caminaba con calma por la calle, esperaba la luz verde para cruzar cuando paso un auto frente a él. Reconociendo de inmediato al conductor.
-Ay no, lo estoy alucinando- suspiro y siguió su camino cuando tuvo el pase.
Llego al trabajo para iniciar como cualquier otro día laboral.
Por otro lado, Vegas iba un poco más tarde de lo normal. Se había ocupado calificando algunos exámenes, solo un poco, por consiguiente había ido a recoger a Venice un poco más tarde.
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Inesperadamente
RandomVegas es finalmente feliz y libre de las ataduras de su padre desde hace algunos años. En cuanto se graduó de la universidad y consiguió un empleo se mudo a un departamento. Lejos de los negocios turbios, eso era lo mejor, estaba harto de los confli...