<Luca>
Agosto había llegado. Una vez más los atardeceres aparecían antes, y la luz de los días tardaba en iluminar el cielo. Pero aún hacía calor, así que decidimos Logan y yo ir a un bosque para acampar durante un fin de semana.
—Así que según tú, somos el dúo "L"... Luca y Logan. Price y Caulfield —dudó por un instante mientras seguía conduciendo—. No sé, pero definitivamente somos "L" —con la mano que no estaba en el volante, se la colocó en la frente haciendo el gesto loser.
—Por qué somos perdedores, según tú —cuestioné mientras miraba por la ventanilla.
—Desde que comenzamos a crecer lo somos. Nos percatamos de nuestro alrededor, y perdemos la inocencia; a más crecemos, el tiempo pasa, y perdemos seres queridos... —dió un leve suspiro— Pero ganas cuando sabes afrontar las pérdidas, ya sean del tipo que sea.
—Si, bueno, que somos "las dos L". Por nuestros nombres, no por perdedores.
—Como tú quieras —me miró con fugacidad y sonrió— adivina, ya hemos llegado.
—¿Pero qué zona es esta? —dije con emociones encontradas mientras analizaba la zona.
Era un paisaje verdoso, repleto de encinas y una alta hierba que te acariciaba la piel. Hacía calor, aunque los altos árboles nos dieran sombra. Y si ocurría algo, la civilización se encontraba a millones de kilómetros, para bien o para mal.
—La ideal para dos cosas: acampar o traer un cadáver —respondió riendo mientras sacaba las cosas del maletero.
—No me extrañaría que alguien se decidiera por la segunda... —le ayudé y dejamos todo en medio de dos encinas—. Por cierto, ¿Sabes montar está cosa? —señalé a la tienda de camping.
—Tú déjamelo a mí —agarró la bolsa y se puso en un rincón a leer las instrucciones—. Mientras puedes hacer lo que quieras, porque la comida no necesita ser calentada.
—¿Entonces no vamos a hacer fogatas?
—Prefiero no tener problemas con la ley —giró su rostro, y le miré decepcionado—. Lo siento, es que no me informé antes de venir y pues es para procurar. Para la próxima lo hago, te lo aseguro.
—No importa, te ayudo con eso entonces —me acerqué y comenzamos cada uno a montarlo poco a poco hasta que lo logramos.
—¡Yupi! —sin esperarlo, su felicidad me abrazó.
Nos pusimos entonces a meter las cosas dentro de esta, como los sacos de dormir, las bolsas con nuestra ropa y comida, y poco más.
—Es un poco claustrofóbico... —pronuncié mientras me adentraba en la carpa seguido por un entusiasmado Logan.
—¿Prefieres dormir en el coche, con el frío y los bichos?
—Pensándolo mejor... Prefiero dormir aquí, contigo —analicé la frase y noté que mis mejillas comenzaban a arder un poco, pero no le di importancia. Logan solo se limitó a agrandar su sonrisa—. Aún así me sigue dando mal rollo estar en este lugar, además va a seguir entrando un poco de frío y los asquerosos bichos.
—Va a ser bueno que entre el aire, créeme. Dos personas en un lugar diminuto y cerrado mayormente, no es muy agradable sin el fresco veraniego.
—¿Y por qué no me dijiste de comprar una tienda más para mí? No me hubiera importado, de veras.
—Quieres que te confiese una cosa, al menos parte de ella —dijo con timidez, sentándose sobre su saco en pose de loto. Estaba tímido como un niño pequeño.
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Fuera de mi pecera
Teen FictionLas personas somos bichos raros, complicados, y hechos mierda por dentro. Algunas personas son como Atenea. Una guerrera soñadora que vive en una mentira, y ahora se encuentra encerrada en su propia cabeza. En su propia pecera. Otras son como Luca...