<Luca>
—¿Te recojo entonces sobre las nueve? —cuestionó con una sonrisa la rubia, con las manos aún puestas sobre el volante.
—Si... Cuando salgas del supermercado. No hay prisa —le dediqué la misma sonrisa cálida.
Salí del coche de Indie tras darnos un abrazo, y al volver arrancar, caminé hasta la puerta del recinto donde se encontraba Logan fumando un cigarrillo y mirando el móvil.
—Vamos Price, hoy tenemos muchas cosas que hacer —tiró el cigarrillo, sin apenas dedicarme ninguna mirada. Lo seguí en silencio, hoy le ocurría algo.
Habían pasado tres semanas desde que inicié en aquel mundillo canino. Los perros me habían agarrado tal cariño, que al entrar algunos que andaban por ahí sueltos me echaron las patas a modo de saludo; otros solo siguieron ladrando y merodeando por el recinto.
—¿Estamos solos? —pregunté al ver que no había presencia de ninguna otra persona.
—¿Por qué lo dices?
—Por el silencio —noté un leve suspiro procedente de Logan—. Es extraño que no se oiga esa voz chillona de Heather que pone cuando está con los perros.
Abrió la puerta del almacén donde guardamos la comida, agua y los productos de limpieza, dándome lo último. Él se decidió por la alimentación. Comenzamos por los perros de fuera, con un joven San Bernardo.
—Esta mañana, una niña pequeña nos trajo una caja con un cachorro en condiciones muy malas —volvió a suspirar—. Dentro de esta, venía una carta explicando del porque de la acción.
Vertió un poco de pienso y agua, tras acabar de limpiar el pequeño lugar con delicadeza. Esperó a que terminara de acariciar al cariñoso San Bernardo para cerrar.
—Y que decía la carta. No me dejes ahora con la curiosidad —me imaginé que sería algo inocente. Tierno, incluso...
—En resumen, esa niña es una pequeña heroína. Resulta que aquel cachorro fue el único sobreviviente gracias a ella —sonrió, por primera vez en el tiempo que llevaba ahí—. Ya que, la perra que tenían tuvo un parto complicado donde algunos de los perros nacieron muertos y los otros, que eran tres o cuatro, fueron rechazados. Sus padres no quisieron encargarse de ellos, y ella es muy pequeña para saber cómo se da un biberón, me imagino.
»El caso es que los cachorros estuvieron ahí luchando durante un tiempo, encerrados en el cobertizo con un poco de leche. Y resulta que hoy, la niña se atrevió a abrir la puerta encontrándose con el animal moribundo y ha decidido caminar hasta aquí sola, para encontrarle un lugar mejor.
—¿Vivía muy lejos la niña?
—Creo que no, que esto ha sucedido en unas casas más para allá —señaló a la derecha—. Así que no te preocupes por la niña, que aunque fuera un riesgo para ella llegó sana y salva.
Sonreí, aún con el corazón en el puño por aquel duro relato. No pude evitarlo y lo abracé, antes de abrir la puerta del siguiente perro para limpiarla.
—¿Y Heather de que se está encargando?
—Le están realizando pruebas, e intentando salvarlo. Como ya te digo, el perro tiene un grave caso de desnutrición entre otras enfermedades me imagino... Tengo miedo de que no sobreviva.
—Verás cómo sobrevivirá, y encontrará un hogar donde vivirá como un rey —le agarré de la mano en forma de apoyo, haciendo que me prestara atención.
—No lo sé, pero quiero creer que lo conseguirá. Es un perro muy fuerte, al haber sido el último sobreviviente de su camada... En esas malditas condiciones.
—La vida no debería ser así para alguien inocente, sino para alguien culpable... Pero siempre es al contrario.
—¿Crees en el karma? —consultó Logan, regresando al cobertizo a por otra garrafa de agua. Habíamos limpiado casi todos los pequeños hogares. Solo nos quedaban unos diez.
—No se, la verdad que soy de las personas a las que les da igual —dejé la bolsa de basura en un lado para agarrar otra nueva— ¿Y tú?
—Soy como tú, pero solo en algunos aspectos en otros... —apartó la mirada del suelo, para observarme— Sabes, pienso que de alguna manera los humanos creamos la idea del "karma" para no responsabilizarnos de una posible venganza, al menos de la idea. ¿No es como funciona? Haz una acción, ya sea mala o buena, y la pagarás en un futuro. Osea venganza, o de lo contrario fortuna.
—Por ejemplo, si la idea del "karma" existe esa niña tendrá una fortuna en el futuro, al contrario de sus padres que recibirán la "venganza de la vida".
—Lo que queremos que reciban. Porque estamos pensando lo mismo, Luca —le miré confuso, porque estaba pensando en aquello—. Aunque no sepa leer mentes, si se leer ojos.
—A mi me gustaría leer corazones... —confesé, mirando al cielo anaranjado. Hoy no había nubes que lo ocultara.
—Leer ojos es como leer corazones. Es un camino hasta llegar a ellos. Si tu ojos transmiten simpatía, el corazón es así; si al contrario, muestran frialdad, será así su corazón... Así con todos los casos.
—Y mis ojos, ¿Qué es lo que transmiten?
—Ahora es un mar en calma, pero la última vez que los miré era un caos —sonrió al percatarse de eso, me imagino.
—¿Y cuándo fue la última vez que los miraste?
—Hace solo cinco minutos, mientras te contaba lo de la niña... Tú no te das cuenta, pero siempre estoy pendiente del estado de ese mar.
Esas palabras me hicieron sentir confuso. De alguna manera, consiguieron despertar cierto interés en mí. Mi mirada era un mar para Logan... Y ahora que lo pienso, puede que su mirada sea el sol que lo mantiene en calma.
(...)
—¿Esta es la última?
—Sí, justo a tiempo —caminamos por última vez al cobertizo a dejar los materiales y tras cerrar con llave, me abrazó con fuerza—. Y gracias, Luca.
—¿Por qué? Creo que no hice nada especial por lo que me tengas que agradecer.
—Me has entendido. Haciéndome sentir por mucho tiempo comprendido, como un texto en nuestro idioma y no un jeroglífico... Aunque te parezca una tontería, ahora tengo una persona a la que puedo mostrar lo que tengo reservado. Mi verdadero yo —susurró, penetrando su aliento el corazón.
—Vaya, y yo que pensé que esto ya era mucho, resulta que aún queda más—añadí riéndome, aún abrazados sin sentirnos incómodos.
—Los humanos somos tan complejos como el universo, por ello ni nosotros mismos acabamos descubriendo todo de nosotros. Imagínate lo poco que acaba sabiendo el resto...
»Pero por mi parte intentaré mostrar todo lo que sé de mí, aunque ya te voy avisando que tú tienes más posibilidad de reunir un mayor porcentaje de datos que cualquier otra persona... Has comprendido mis metáforas, eso no lo hace cualquier persona.
Yo no pude mencionar ninguna palabra, tan solo me mantuve en silencio mirando al cielo que ya se había teñido de azul oscuro. Pronto vendría la rubia a recogerme... Pero no sé si quiero que venga y lo haga.
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Fuera de mi pecera
Fiksi RemajaLas personas somos bichos raros, complicados, y hechos mierda por dentro. Algunas personas son como Atenea. Una guerrera soñadora que vive en una mentira, y ahora se encuentra encerrada en su propia cabeza. En su propia pecera. Otras son como Luca...