24/02/23

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De alguna manera las ruinas son inquietantes y bellas.

En algún momento intentarán reconstruirlas y devolverlas a su estado original, pero nunca volverá a ser lo mismo. Es tratar de cubrir sus cicatrices y tratar de disfrazarlo a algo que parece su pasado pero nunca lo fue, es un intento un poco inútil de solo tratar de recuperar su apariencia exterior. Él ya ha muerto, si bien no lo ha hecho esta agonizante y enfermo, si quieren recuperarlo deberían de aceptar su cuerpo demacrado y a partir de él crear algo nuevo que conviva con su cuerpo agotado, es un poco hipócrita que después de haberlo dejado llegar a ese estado le fuercen a llevar una máscara que oculta su propia historia.

Los edificios se ciernen sobre las calles dejando poco espacio para los curiosos, solo se visten de flores y abren algunas ventanas para permitir chismosear, sin embargo se muestran pequeños y angostos, con solo asomarte un poco puedes ver su maravilla interior, su propio mundo con cosas que nunca podrías saber desde afuera.

Tal vez aquellos que ya sólo tienen su cuerpo y que han sido callados a la fuerza con tablones y grafitis tienen también un gran vacío en su interior, que alumbra tenuamente aquello que es imperceptible, que ha permitido que con el tiempo aquel bello mundo se salga de su marco y empiece a devorar su cuerpo devolviéndolo a donde vino. Es un escenario que poco tiene que ver con ese bello y un tanto forzado exterior, algo que ocurre dentro de muchos pero que es invisible, oculto, solo es imaginable para aquel que su atención percate en su existencia contrastante con los demás, solo posible para aquel que su mente se filtre en esa pequeña grieta de aquel grueso maquillaje.

Pensamientos desbordadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora