10/01/20

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Hoy he vuelto a mi casa. Sin embargo siento que no he vuelto a mi hogar. Todo, absolutamente todo, me recuerda a ese sitio. Y es triste y doloroso. Pero es más doloroso saber que puedo ir cuando quiera si me lo propongo y aún así elijo no ir porque no tengo la valentía para hacerlo. 

Veo este lugar, en donde el sol resplandece y el cielo es azul, donde no hace demasiado frío pero tampoco hace calor y aunque todo es brillante y colorido hay algo que le hace falta. La casa es acogedora como siempre pero no me hace sentir cómoda y las cosas dispuestas en el orden conocido no me hacen sentir llena. 

Me pregunto si esto pasara, lo cual es probable. Me dispongo a mentirme diciendo que esta es la mejor decisión añadiendo además algunas excusas. Me preparo para olvidarlo todo una vez más. Pero todavía algo en mi susurra pidiéndome recordar, rogándome que haga lo que sé que deseo con todo mi corazón. 

Algunos dicen que el corazón es el que siente porque palpita rápidamente cuando uno está nervioso, otros dicen que es el estómago. Pero ahora lo que siento son mis ojos arder y mis manos vacías y dormidas. 

Todo quedará guardado. Cambiamos constantemente, nos adaptamos y transformamos, es algo inevitable. Sólo espero que mi yo de mañana encuentre este deseo tan fuerte y lo cumpla. Espero que estos sentimientos no se dispersen como siempre lo hacen y espero algún día poder volver y quedarme en mi "hogar", nunca dejarlo ir. 

Pensamientos desbordadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora