Si hay un Dios, si hay algo superior a mi, ¿hay al menos algo que pueda escuchar mis lamentos? ¿hay por lo menos lo que sea que entienda mi dolor?
¿Por que tenía que nacer como un ser humano? ¿Que hice para merecer este castigo? ¿Porque darme un espíritu libre y una mente sin límites si me ibas a meter en una existencia tan limitada y esclava de su misma especie? ¿Porque si me hiciste nacer aquí me hiciste tan incompleto que no puedo evitar darme cuenta que no soy como ellos?
Mi mundo era pequeño, muy pequeño, pero dentro de él era infinita mente libre, podía surcar en su infinita irrealidad sin pensar en nada más. Era mi reino, donde podía crear sin límite ni barrera, sin ninguna ley o juicio que limitara su forma ni esencia. Pero conforme lo dictan las leyes de este mundo crecí, y cuanto más crezco, más consciente soy de los límites de aquel mundo, más consciente soy de que en realidad ese mundo no existe aquí, no tiene derecho de existir, tanto no es necesario sino es más bien perjudicial. Aunque mi mente vuele, mi especie dicta que debo restringirla en tanto me quita eficiencia, es irónico que unos seres que ni siquiera pueden entenderse y buscar un mejor mundo para ellos subordine tanto mi propio ser.
Ahora siento culpa y miedo, por ser por origen algo que no debo ser, por querer de manera desquiciada traer algo de ese pequeño pero infinito mundo a este lugar caótico pero ordenado al punto de ser asfixiante. Cuanto más pasa el tiempo más me resigno a aceptar que nada de ese mundo cada vez más distante puede manifestarse aquí. Porque por más bien que pueda llegar a hacer, una cuarta dimensión no puede existir en un mundo de tres dimensiones. Por más que lo desee un ser de tres dimensiones no puede convertirse en más de eso. Y aunque quisiese volver a aquel lugar que tanto añoro, las voces imaginarias a mi alrededor me impiden caer en la locura.
El tiempo pasa y con cada día, cada hora, me doy cuenta de que ya no es solo lo que me rodea lo que me restringe sino también mi propia voz, cada vez entiendo más lo imposible que es. El cielo era bello e infinito, casi llamándome a comprenderlo y alcanzarlo, ahora no es más que uno más de mis cautivadores, ahora no puedo sino agachar la cabeza y temblar de miedo ante su inquisidora mirada que me recuerda sin compasión que nunca seré como el, que nunca seré su igual, que no tengo siquiera el derecho de sostenerle la mirada.
Ya lo sé, no hay nadie ni nada que me escuche ni que me responda, y aunque existiese no se dignaría en notar mi voz o bien yo no podría escucharle.
Y así, aquí me encuentro agonizando, retorciéndome de dolor ante la misma incongruencia de mi pensar y actuar, sin entender nada y sin nadie que me entienda. Me estoy matando y muriendo en silencio, apenas emitiendo un leve grito que sofoco con las manos con las que me asfixio ¿morirá ese lejano mundo conmigo? ¿No quedará trazo si quiera de que alguna vez existió dentro de mi? ¿Quedará al menos recuerdo de mi voz? ¿Quedará algún rastro de mi lucha?
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Pensamientos desbordados
Nonfiksi¿Te sientes fuera de lugar? La verdad yo también, tal vez lo que escriba te sirva de algo, aunque honestamente no me importa que lo leas o no, después de todo lo hago por mi misma. Si te identificas con este libro (si así se le puede llamar) bien po...