Pensamientos desbordados

08/03/19

Simplemente no lo se.

Tengo la sensación que cualquier persona al verme mirar el cielo, piensan que soy una aislada social, una suicida o que simplemente tengo la mente en las nubes.

Bueno, en lo personal no creo que estén muy equivocados aunque en parte también estén totalmente equivocados. Digo, al igual que las personas que me conocen o ni siquiera se den cuenta o les llamará la atención por unos segundos para a los pocos segundos olvidarlo completamente como si nunca hubiera pasado algo así.

La verdad me fijé y soy como la única persona que lo hace en público, después de todo este mundo es extremadamente individualista y si no te corresponde o interesa simplemente no ves lo que los demás hacen por más extraño e inusual parezca. Así q si, yo hago las cosas cuando siento que las debo hacer y comoquiera hacerlas, después de todo aunque a alguien le parezca curioso nunca pasará de eso.

Y creo que es por eso mismo que muchas veces las personas a mi alrededor, ya sean conocidos o extraños, no lo que pienso ni mi forma de pensar aveces. Es curioso, porque por más que muestres una actitud extraña no se darán cuenta y aunque expreses lo que piensas no le van a dar la relevancia que uno piensa que deberían darle. De esta forma la única persona que va entender realmente como te sientes solamente serás tu.

Lo más triste de todo es que la única forma de darte cuenta realmente como te sientes es muchas veces hacer algo que en lo limite de lo normal es considerado curioso. Por ejemplo quedarse observando una hoja en blanco, no hacer sino solo y únicamente escuchar música, quedarse mirando el techo o incluso manteniendo la mirada fija en tus propias manos un tiempo considerable, en mi caso es observar el "paisaje" específicamente el cielo sin decir nada.

Y es que la verdad es algo que hago cada vez que puedo mirar el cielo ya sea cuando estoy sola, con mis amigos o incluso entre una multitud de gente, porque el cielo es inmenso, ilimitado a la vista, omnipresente en cualquier parte del mundo y sobre todo irreal e intocable es que se convirtió en la desembocadura de mis ríos de pensamientos.

Por alguna razón, desde que tengo recuerdo de pensar he pensado que el cielo es el único compañero que me entiende, que me comprende, que me escuchará sin quejarse, que sabrá guardar mis secretos y pensamientos más oscuros y solitarios sin decirle a nadie, que me responderá solamente con su silencio. Lo más irónico es que una persona como yo, es decir realista y lógica, piense en algo como esto, que una simple ilusión de colores pueda hacer tanto por mi. Lo más estúpido de todo esto es que cada vez que lo veía me daban ganas de volar hacia el, que sentía mi espalda hormiguita donde sea que estuviera como si unas alas pudieran salir de ella, que estiraba mi mano queriendo tocarlo para por lo menos saber que en lo profundo de mi corazón no estoy sola.

Es estúpido y lo sé, pero sigo sintiendo lo mismo, la posibilidad de volar, de alejarme del mundo, de lo que me rodea, de simplemente viajar al horizonte persiguiendo esa luz con el viento frío en mis cachetes y con esa sensación de libertad absoluta en mi corazón simplemente perseguir infinitamente esa inmensidad y tranquilidad. Lo más triste de todo es que se que es totalmente imposible, es imposible despegarme de la sociedad, de las limitaciones de la naturaleza, es imposible tocar algo que no es más que aire, es imposible dejar todo atrás.

Aún así si me digieran que me pueden cumplirme un único deseo, y si este de verdad se cumpliera, desearía, al contrario de lo que los demás piensan que pediría como mejor físico o más inteligencia o más cosas, un par de enormes alas como las de un halcón, que nacieran de mi espalda, de mis huesos, de mi naturaleza, de mi ser.