14/03/21

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Ser animales es maravilloso, no se porque el ser humano lo olvidó.

Vivir de la mente y de nuestro mundo tangible no está mal, pero... ¿y lo demás? No usamos nada más que la vista y el oído, el tacto, el olor, los sonidos ocultos, incluso lo más valioso de la vista se he perdido. ¿Quien sale hoy en día a la calle y dice: oh, hoy el aire huele fresco y ligero como el aroma del agua? ¿quien escucha el canto perdido de un ave a las diez de la noche? ¿Quien en su sano juicio disfruta de sentir el frío de la madrugada en su piel? ¿Quien goza de felicidad al descubrir estrellas en la noche de una ciudad siempre viva e iluminada?

En realidad de joven e incluso ahora siempre estuve celosa de aquellos que tenían buen físico, tal vez porque siempre ansié sentir mi cuerpo libre de la fatiga respiratoria y del dolor muscular. Siempre quise correr sin nada que me detuviera, sin límites mentales o físicos que me retuvieran. Ahora me doy cuenta de que quizás soy más animal que otros.

Huelo cosas de las que los demás nunca se percataron, veo más allá de mi entorno cercano y mantengo mi vista lejana en el horizonte o en el cielo, disfruto de la sensación fría y húmeda del rocío sobre las hojas en la madrugada, escucho más de lo que es común escuchar a pesar de que no pueda entender conversaciones. Definitivamente regresar a ese estado natural me trae tranquilidad y descanso.

Tal vez para alguien que viva en la ciudad es difícil de entender, pero de alguna manera mi mundo es pequeño porque precisamente carece de eso que añoro. ¿Cuantas veces he deseado despertar en el frío bosque andino? ¿Nadar libremente bajo el agua como las ballenas? ¿O surcar el cielo mirando desde lo lejos lo insignificante de las ciudades y los picos de las montañas? No creo que alguien lo entienda, pero de alguna manera deseo inmensamente algún día encontrar esta ciudad en ruinas y tragada por la naturaleza, sin ningún humano aquí ni allá, solo verde, agua, tierra húmeda, animales vivos andar libremente en su dominio, deseo encontrar el silencio del olvido del paso del tiempo. Deseo un mundo sin rejas, ni muros, ni fronteras, sin nosotros ni siquiera con la sombra de lo que alguna vez fuimos. Deseo un mundo no definido ni reglamentado por los humanos.

Creo que cuando vine al mundo como humano dios olvidó borrar la huella que habían dejado mis anteriores vidas en mi alma, y por eso añoro desde tan pequeña regresar al lugar donde pertenezco aunque no lo conozca.

Pensamientos desbordadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora