Pasión Homicida (ilemma) Terminada

Capitulo 7

Amigos Y.... ¿Enemigos?

- Yo... –balbuceó Rachel.

Chris la miró, ella le devolvió la mirada y se ruborizó ligeramente. Aproveché la distracción para hacerle señas apresuradas a Emma de que se alejara. Me miró un poco confundida y no se movía.

-Tranquila Nena –le dijo en voz baja.

Tuve que mirarlo al instante, tapando para que mi propio cuerpo pudiera hacer que Chris no divisara a Emma cuando me miró-.

- No vayas a decir nada, entendido. Es mi culpa me dijo él.

- Rachel me miró-. ¡No es cierto, yo...!

- ¡Ey! –exclamé. Ambos cerraron las bocas, que ya se disponían a seguir echándose la culpa-. Nadie va a tener problemas por esto.

Yo haré como que no vi nada ¿sí?

El detective igual le daba poca importancia, pero Rachel suspiró aliviada en lo que se miraban mutuamente. Volví a aprovechar y miré hacia las puertas de cristal...

<<La cría ya no estaba>>

Contuve un suspiro similar al que el par de tórtolos habían soltado cuando los volví a mirar.

- ¿Puedes ir hoy a mi casa? – le preguntaba en voz baja mientras se terminaba de acomodar la gabardina, dándome la espalda y hallándose frente a Rachel. Ella asintió al parecer-.

De acuerdo, nos veremos allí entonces.

Vi cómo se inclinaba. Suponiendo que le estaba robando un beso de despedida, fingí que examinaba mis zapatos con gran atención, para que, en el momento en que se volvieran, no hallara mis curiosos ojos observándolos.

Pronto, Morgan llegó hasta mí, con las manos dentro de su gabardina.

- Supongo que debo agradecerte por tu discreción –me dijo.

-No tendrías por qué hacerlo –respondí mirándolo.

-Igual.

–Luego se puso un poco más serio-.

Oye, sobre el cadáver de la mujer que te dejé la otra noche...

Logré opacar mi rostro alarmado al fingir que tosía. Me aclaré la garganta, enderezándome bien.

-Sí, sobre eso... –vacilé-. Quiero... hablarlo bien contigo, aparte del trabajo. ¿Tendrás tiempo?

-Uhm... sí, creo que sí... ¿a qué hora?

-A las tres es mi descanso –. Nos vemos en el café que está sobre esta calle.

-De acuerdo... pero... ¿por qué tanto misterio y secretismo? –quiso saber.

-Ya sabrás porqué.

Dejándolo aún más confundido, se alejó hacia las puertas. Se volvió para mirar un rato a Rachel sobre su hombro. Ésta se hallaba recargada contra la mesa, y con sus mejillas ligeramente coloradas le devolvió el gesto con una sonrisa.

Salió, pero pareció tranquilo e indiferente de todo mientras iba hacia las escaleras. Guardé silencio unos segundos, y al no escuchar nada, me relajé.

Pero ahora tenía que ir a buscar a la cría. Me abalancé contra las puertas, las abrí y miré el pasillo por ambos lados. Estaba desierto, a excepción de un forense que llevaba unas listas.

Me mordí el labio y volví a entrar a la sala. Miré a Rachel, fingiendo total calma.

-Bueno, veo que les fue genial ayer –comenté un poco burlón.