El Callejón.
El ambiente se sentía extraño esos días. No entendía por qué, hasta que me di cuenta de que mi compañera llevaba una hora hablándome del fabuloso día que había pasado con Chris... otra vez.
- ¿No te ofendas, pero podrías parar?
Ella parpadeó perpleja y yo continué abriendo un cadáver con lentitud.
La continua charla del pegajoso amor de mi compañera de trabajo y el detective comenzaba a incomodarme, porque por desgracia, a mí me tocaba verlos juntos muy seguido.
Y no sólo a ellos, ahora Tyler y su reciente inquilino solían dar pequeños espectáculos también, aunque afortunadamente, la que tenía que aguantarlos la mayor parte del tiempo era Emma.
Ya había pasado un buen tiempo desde el día que la había conocido.
De hecho, casi cuatro meses.
Sí, el tiempo vuela cuando te diviertes, o te enamoras.
La cría había logrado recordar algunas cosas de su pasado, pero nada relevante que nos ayudara a encontrar su verdadera identidad. Christopher y Boris habían continuado investigando, pero no había duda de que no hallaban ni el menor indicio de su apellido en ningún lado.
Yo ya no me sentía tan mal al respecto, de hecho, no me importaba si después de todo no hallábamos nada y ella tenía que quedarse conmigo.
Yo ya estaba completamente seguro de que había estudiado gastronomía. Era ilógico y casi estúpido, que de la nada supiera preparar ciertos platillos que sinceramente no veías más que en los mejores restaurantes. Pero yo siempre le pedía que no se esmerara demasiado, prefería las cosas más sencillas, aunque si hablábamos de su paella, un segundo después yo ya estaba en la mesa con los cubiertos preparados.
Sobre nuestra relación... bueno, eso continuaba igual por completo. Éramos los "amigos" más afectuosos que podrían hallar en el estado, por no decir el país.
Claro, cuando no había nadie presente.
Continuaba siendo amable e inocente, y con su persona tan cerca de mí, no podía evitar acércame, aunque fuera primero con sigilo.
No le molestaba que la abrazara, no me decía nada si acariciaba su cabello o su mejilla, y si decidía que quería besarla ella decidía que podía contestar mi beso sin problema. Aunque yo siempre sabía poner límites en eso, porque sabía que si por mí fuera podrían pasar demasiadas cosas.
Sin embargo, ella era un poco más discreta con sus gestos. Sólo cuando se preocupaba y se sentía mal o melancólica acababa llegando hasta mí, en busca de un poco de apoyo o sólo un abrazo. Los saludos matutinos y "agradecimientos" seguían como siempre, al igual que sus sentimientos hacia mí.
Amigos. Y nada más.
Pero si existía un Ser Supremo, sabía tan bien como yo, que un servidor adoraba cada maldito gramo de esa insana amistad.
-Uhm...–me dijo un rato después, cuando ya guardábamos todo.
-Me has hablado de lo increíble que es él suficiente para un año –me exasperé-. ¿Podemos hablar de otra cosa?
-No es eso –masculló emocionada-. Bueno, tiene que ver con él, pero no es lo que crees –salimos de la sala y bajamos las escaleras mientras la miraba expectante-.
Ésta mañana me mandó un mensaje diciendo que vendría.
-A recogerte, supongo – expresé mientras me quitaba mi bata y abría mi locker cuando llegamos al primer piso.
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Pasión Homicida (ilemma) Terminada
RomanceEn la morgue, una noche como cualquier otra. Ilenko Romanov solo tiene que encargarse de un cadáver más... lo trajo la policía, nadie lo ha identificado aún. Corre el cierre de la bolsa para luego examinar el cuerpo.... ¿¡Sin embargo el cadaver...