Mi tío ¿?
He de decir que a la mañana siguiente vagamente recordaba lo que había ocurrido el día anterior. Comencé a tener pequeños "flashbacks" en mi mente cuando me di cuenta de que yacía en la alfombra y poco a poco me fijé en la ropa que había sido abandonada tan cerca, y de la que, por cierto, mi cuerpo carecía completamente...
-Maldita sea...
Me palpé el pecho sin ningún motivo aparente mientras miraba alrededor. Estaba en la sala, tendido ahí en la alfombra, solo. Cuando me senté, el sillón oscuro que tenía a unos metros de mí, más adelante, y que me había hecho sombra mientras estaba recostado, dejó de ser mi protección y los rayos del sol me dieron directo en la cara.
Me quejé y cubrí mis ojos, dándole la espalda a la estúpida luz, que se había colado obviamente porque habíamos olvidado cerrar las cortinas.
Entonces quité la mano de mis ojos y levanté la cara con los ojos muy abiertos.
-Emma...
Hasta entonces, percibí un aroma sumamente delicioso, que provenía de la cocina.
Entre mis labios apareció una larga línea, mientras mi rostro reflejaba una felicidad un tanto patética, y casi escuché a mi estómago ronronear.
Los recuerdos de un buen sexo, y el anticipo de una deliciosa comida me excitaban.
¿Qué más puede pedir un hombre? Dinero, quizás, pero de eso ya tenía y de sobra. Así que podía considerarme un hombre estúpida y ridículamente feliz.
Me levanté casi con entusiasmo.
"Vaya secuelas... ¿será por eso que la gente se obsesiona tanto con esto?"
Me lo pregunté con una sonrisa que en otros tiempos me hubiera perturbado siquiera ver, era demasiado sencilla, pero irradiaba una despreocupación muy animada. Me puse el bóxer y el pantalón en un segundo y caminé fuera de la sala, subiendo los pequeños y escasos escalones casi dando saltitos.
"¡Menudo espectáculo debo estar dando ahora mismo!"
Y curiosamente, la idea en vez de molestarme, me divirtió.
Llegué hasta la cocina con pasos ligeros y me detuve en el pequeño arco de la entrada para asomarme adentro. Traté de suprimir mi ridícula sonrisa al morderme el labio inferior, pero fue imposible hacerlo del todo.
Estaba de espaldas a mí, enfrente del tostador, esperando a que el pan que estaba dentro saltara del aparato mientras ella servía leche en dos vasos largos que había puesto a un lado, vestida con una de mis camisas y yo que sólo llevaba los pantalones.
Tuve tentación de saludarla, pero me lo pensé mejor. Me acerqué en silencio para que no notara mi presencia y me detuve detrás de ella. Justo iba a hacer algo como gritarle un saludo o abrazarla repentinamente para asustarla cuando cerró el bote de leche, lo dejó a un lado y dijo:
- ¿Qué crees que haces?
Se me escapó el aliento que ya había tomado, con gran decepción, pero sin poder evitar sonreír. Mis brazos la rodearon por la cintura y recargué mi cabeza contra la suya.
- ¿Cómo supiste? –pregunté con un dejo de desilusión que exageré apropósito.
-No eres la persona más discreta del planeta –comentó un poco burlona mientras sus manos se colocaban sobre las manos que yo tenía entrelazadas sobre su estómago y giraba un poco su rostro hacia mí-. Y bueno, vi tu reflejo en el tostador.
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Pasión Homicida (ilemma) Terminada
RomanceEn la morgue, una noche como cualquier otra. Ilenko Romanov solo tiene que encargarse de un cadáver más... lo trajo la policía, nadie lo ha identificado aún. Corre el cierre de la bolsa para luego examinar el cuerpo.... ¿¡Sin embargo el cadaver...