Capítulo 29

62 5 0
                                    


Emma


Durante el relato, ella había estado escuchando con los ojos muy abiertos, notando como sus recuerdos comenzaban a llegar, invitados por las palabras de aquel hombre.

Ahora, con su mente dando vueltas ligeramente a causa de tanta información que había llegado de repente, se había sujetado la cabeza y había comenzado a llorar.

Un segundo después, Death se había subido a la cama y la había abrazado.

Al sentir aquel calor, el cuerpo de ella pareció reconocerlo y mecánicamente sus brazos rodearon el torso del mayor, mientras ocultaba su rostro contra su pecho de forma natural.

La estrechó fuertemente y acarició su espalda. El llanto continuaba.

-Eres una llorona -dijo con una sonrisa triste. Inclinó su rostro, posándole un tierno beso-. Nunca vas a cambiar, sollozó apretándose más contra su cuerpo.

Se odiaba por no haber sido capaz de reconocer a su mejor amigo, a pesar de que había estado viviendo justo al lado de él. Quizás se debía a que no había tenido mucho contacto, y sus charlas habían sido bastante triviales.

Sin embargo, la confusión en su cabeza iba en aumento, ya que sólo le había hecho recobrar algunos recuerdos, pero eso había desencadenado que otros cientos más volvieran de golpe, uno detrás de otro.


23 de septiembre 2004

Moscú- Rusia

- ¡Emma, apúrate con un demonio!

- ¡Cierra la boca, ya voy!

Soltó un gruñido al mismo tiempo que lo hacía su estómago, y dejó su frente recostarse en la mesa en el lugar donde ya debería estar su plato con comida.

Llevaba casi una hora ahí sentado, y el alimento simplemente no llegaba.

Finalmente, ella apareció en el diminuto comedor, llevando dos platos de carne picada y cocida con trozos de papas y zanahorias ahumadas.

Le sirvió su plato a Death, dirigiéndole una mirada de despecho, que el otro no captó porque ya tomaba sus cubiertos con precipitación. Probó un poco mientras ella tomaba asiento a su lado con gesto digno, y soltó una exclamación de deleite.

- ¡Moría de hambre!

-Eres tan bestia -se quejó con el ceño fruncido, mientras tomaba su propio tenedor-. No soy tu estúpida criada...

-Las palabrotas en la mesa, Emma -le recordó su amigo, burlándose a propósito de aquella regla impuesta por ella. Lo miró moleta y él rió, pinchándole una mejilla con el dedo-. No te enfades, lo siento. Gracias por la comida, no sé qué haría sin ti.

-Acabarte en un día el dinero que te deja para la semana el tío Thomas, en comida rápida -aseguró ella.

-Lo sé. Gracias, en serio.

Sonrió, recibiendo el beso que su amigo le diera antes de reasumir su tarea de devorar su plato. Ella misma se sentía orgullosa de que el platillo hubiera resultado, aunque hubiera sido su primer intento. Trataba de hacer variadas sus comidas, entreteniéndose gran parte del día buscando recetas en la computadora portátil de su tío y preparándolas.

Death, obviamente, se sentía bendecido porque uno de los dos supiera usar la cocina sin volarlos en pedazos, y dependía de su fiel amiga para poder comer, ya que Thomas se iba en la mañana y volvía pasadas las nueve para encerrarse en su habitación.

Pasión Homicida (ilemma) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora