Cuentas

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Había pasado un año desde que recuperaron Erebor y todo se estaba reconstruyendo. Mañana seria de nuevo, el Dia De Durin por eso Thorin decidió hacerle un regalo especial a Fili.

Fue a grandes zancadas hacia su sobrino mayor cargando un estuche pequeño de terciopelo.

-Fili- Le llamó su tio haciendo retumbar su profunda voz por todo el salón del trono. Su sobrino que hablaba con Balin se dió la vuelta y lanzando una ultima mirada al enano mayor. Fué algo con la cabeza gacha, normalmente cuando su tio le llamaba así era para darle alguna reprimenda.

Thorin sonrió un poco de medio lado mientras su sobrino se acercaba, y al verle sonreir se tranquilizó y avanzó con pasos más seguros:

-Fili, quería darte algo- Dijo abriendo estuche mostrando 7 cuentas doradas.

Su sobrino le miró algo confundido con el ceño fruncido, no entendia el motivo de aquel regalo.

-Eran de Vili, tu padre-

Enseguida Fili dejo de fruncir el ceño tomando una expresión entre sorpresa y admiración.

-Me gustaria que te las pusieras para la fiesta que se celebrará-

Él simplemente asintió y cogió la caja que su tio le ofrecía, este asintió más sonriente que antes y pasando el brazo por la espalda de su sobrino se marchó. Fili sujetó con gran delicadeza el estuche mientras se fue a su habitación y lo dejó encima de su mesita de noche, cerró la puerta y se fué.

Cuando acabaron de cenar Fili se fue el primero a la cama, antes que nada quería hacer la prueba de las cuentas para mañana. Pero para su sorpresa las cuentas...no estaban. Buscó por toda la habitación hasta altas horas de la noche y solo un nombre le vino a la cabeza: Kili.

Llamó (aporreó) la puerta de su hermano, de aquel sitió oscuro salió un ser despeinado y con ojos entre cerrados a la vez que se rascaba la tripa por debajo de la túnica, con voz ronca dijo:

-Fili, no soy tu hermano  hasta las 11 de la mañana y lo sabes-

Pero  desesperado Fili, respondió:

-¿Donde las tienes?-

-Fili ¿no crees que es demasiado tarde para hablar de obsenidades?- Le preguntó su hermano a la vez que los ojos se le cerraban.

El rubio bufó de frustración enseñando los dientes apretados:

- Eso no bruto, me refiero a las cuentas ¿donde tienes las cuentas doradas de padre?-

-¿Que padres dorados de cuentas?- Preguntó Kili frunciendo el ceño con los ojos cerrados.

Su hermano mayor se pellizcó el puente de la nariz cerrando los ojos (tipico gesto Durin) y respiró hondo varias veces:

-¿Has cogido algo de mi habitación?-

-¿Hoy? No, hoy no-Le respondió él pensativo.

-¿Como que hoy no? ¡Has entrado en mi...!- Empezó Fili a gritar.

-Adiós Fili- Se despidió Kili cerrándole la puerta en las narices dejándole con la palabra en la boca.

¿¡Y ahora que?!

Había perdido las cuentas de su padre... Se fué arrastrando los pies miserablemente hasta su habitación donde empezó a golpear su cabeza contra la pared de piedra.

A LA MAÑANA SIGUIENTE...

Thorin vestido, arreglado y preparado se dirigió hacia la habitación de Fili donde le encontró llorando a pleno pulmón miserablemente con los ojos rojos y los mocos colgando, la habitación estaba patas arriba y él se encontraba dentro de un circulo de cogines:

-Fili ¿que a ocurrido? ¿Estas bien?-Preguntó su tio agachandose a su lado histerico, registrándole en busca de algun daño o herida.

-Soy horrible... Una verguenza de enano... Una verguenza...-

-¿Pero que ha pasado?-

-¡No merezco estos bigotes!- Gritó cogiendo unas tijeras.

Su tio se las arrebató de inmediato "¿¡de donde habrá sacando unas tijeras!?" pensá horrorizado su tio deslizando las tijeras lejos con los ojos como platos.

Cogió el rostro de su sobrino y le repitó:

-Fili ¿que ha pasado?-

-Perdí las cuentas de padre- Dijo con un susurro mirando hacia abajo.

Su tio se apartó de él y le dió la espalda, no sabía como sentirse...

-Las dejé ayer en mi mesita y cuando volví no estaban. Le he preguntado a Kili pero él dice que no las cogió...yo no sé donde pueden estar- Al ver que su tio no respondía se giró hacia él y con un sollozo dijo-Lo siento, tio-

Thorin no sabía que hacer... No pudo evitarlo y echó a reír.

-Fili, te las cogí yo para limpiarlas un poco y dartelas por la mañana- Dijo limpiandose una lagrimilla mientras se iba tranquilizando.

-¿Las tienes tu?-

-Si- Se le escapó otra risita.

-No sabes cuanto me alegro- Exclamó sonriente abrazando a su tio.

Al final Thorin le dió las cuentas y Fili se las puso, quedando realmente majestuoso a pesar de sus ojeras, no había dormido en toda la noche.

Mientras todos observaban los fuegos artificiales de Gandalf, Fili estaba sentado en una silla durmiendo en medio del comedor desierto. El Principe León De Cabellos De Oro no pudo resistirse a aquella dura e incómoda silla, fue demasiado tentadora para él. Durmió con la cabeza inclinada, metiendo un de sus bigotes en una jarra de cerveza.

Sueña con ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora