Princesas

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Erebor había recuperdo su esplendor y de nuevo lucía como el impresionante reino que era.
Dis, no podía estar más feliz después de ver que su hermano mayor y sus hijos habían salido ilesos de La Batalla De Los Cinco Ejércitos; más feliz estuvo cuando su hijo mayor, Fili le dijo que iba a contraer matrimonio, sin embargo no le hacía mucha gracia que fuera humana.
Con el tiempo te cogió cariño, después de dos años de matrimonio, lloró cuando fue la primera en enterarse de que estabas emabrazada.
Él que más se alegró de aquel embarazo, a parte del padre, fue Kili, estaba histérico.
La notícia de que pronto seria tio, le transtornó, al no ser rey como Thorin (el abuelo también se alegró mucho, por cierto) y al no tener las responsabilidades de heredero como su hermano, se pasaba todo el día detrás de ti, junto a Dis.
Cogía las cosas por ti, te sujetaba al bajar las escaleras, te acompañaba hasta todos los sitios, menos al baño (donde le relevaba Dis).
Ambos empezaban a agobiarte pero cada vez que veías sus brillantes ojos llenos de ilusión no eras capaz de emitir queja alguna. Nueve meses después, nació.
Una niña.
Una niña!
Para los enanos el nacimiento de un nuevo miembro de la familia era muy importante y motivo de fiesta, pero, cuando este nuevo miembro era línia directa de la família real y encima era niña...ERA MOTIVO DE ABSOLUTO ESCANDALO!
La población femenina enana era alarmantemente reducida, por eso, tan terrible histeria.
Pero para histeria, la de del tio Kili, cuando la pequeña le llamó por primera vez.
El susodicho cogió de la camisa a su hermano y lo zarandeó gritando:
-¡¿Lo has oido?! Me ha llamado Tio Kili, A MI!!!-
-Eres su tio y te llamas Kili, es lógico- Le intentaba hacer razonar su hermano para que dejara de zarandearlo, pero el moreno parecía una de las damas a las que Thorin dirigía una mirada.
Cuatro años después, la pequeña andaba una tarde muy aburrida, sus padres estaban en casa del rey Bardo de visita por asuntos diplomáticos y no había podido llevarsela, había tenido que quedarse con su nodriza pero la niña estab terriblemente aburrida.
Kili que acabava de arreglar unos asuntos con Thorin sobre algo de "protocolo real" o algo así había estado diciendo, la verdad, no le había echo mucho caso y ahora tan aburrido como estaba se dirigió a jugar con su sobrina.
-Hola pequeña- Dijo con una sonrisa, asomando su cabeza por la habitación de la pequeña.
-¡Tio Kili!- Gritó con su voz aguda e infantil antes de correr hasta él.
Su tio la cogió en brazos y dirigiendose a la joven nodriza:
-Puedes irte si quieres, ya me quedo yo-
La chica le sonrió y le hizo una reverencia antes de irse.
-¿Dónde estabas tio?-
El joven suspiró y sentándose en el suelo junto con su sobrina le explicó:
-Estaba con el abuelo Thorin. Aclarando cosas de mayores, aburridas cosas de mayores, asuntos de viejos enanos refunfuñones que no saben divertirse y solo se quejan de los jovenes-Hizo una pausa y bajó un poco la voz- Viejos enanos refunfuñones como el abuelo Thorin- Ambos rieron.
A Kili se le erizaron los pelos de la nuca y le invadió una sensación de pánico como cuando...
-¡Abuelo Thorin!-
La niña saltó de las piernas de su tio y salió corriendo hacia la puerta, pero este ni se inmutó.
Se oyó una leve risa profunda, proveniente del rey, mientras cogía en brazos a su nieta con una sonrisa.
Sus pesadas botas retumbaron en el suelo y golpeaban en los oídos de Kili como si fueran tambores, los tambores que se oían en una ejecución.
-Así que, viejos enanos, eh-
-Viejos enanos refunfuñones como el abuelo Thorin- Aclaró la pequeña
Este asíntio y dejó a su nieta en el suelo, con su gran mano cogió la nuca de Kili y apretó:
-Viejos enanos refunfuñones como el abuelo Thorin- Le susurró a su sobrino menor que seguía petrificado en el suelo.
Cuando iba a hablar de nuevo Balin le llamó desde el pasillo:
-Balin te llama tio- Exclamó Kili con un hilo de voz aguda.
Thorin gruño gravemente antes de soltar la tensa nuca de su sobrino, le dió un beso en el cabello a la pequeña y se fue.
El aire entró de nuevo en los pulmones de el joven enano y respiró pesadamente con una mano en el pecho y los ojos abiertos como platos del miedo. La niña, innocentemente se le sentó en las piernas y le dijo:
-¿Jugamos a las princesas tio Kili?-
Miró a la niña y asintió recuperandose poco a poco.
-Cierra los ojos-
Hizo caso a su sobrina y se dejó hacer, más de una vez tuvo que contener las lágimillas de dolor cuando le tiraba del pelo, pero resistió como un campeón.
-¡Ahora yo soy la princesa!- Dijo la niña. Su tio le trenzó el pelo habilidosamente y le dejó un bonito peinado.
La compañia de la niña no hacia ningún bien a aquel enano, ya que se dejaba influenciar por su actitud infantil y aumentaba su entusiasmo y despreocupación.
-Vamos a enseñárselo al señor Balin-
-Vamos, vamos- Le correspondió su tio con ilusión.
La pareja salió de la habitación cogidos de la mano y se dirigieron hacia el estudio donde normalmente Balin estaba. Abrieron la puerta y la pequeña grito con su voz aguda:
-¡Somos princesas!-
La sala estaba repleta:
Fili

Thorin
Balin
Dwalin
Bardo
Gloín
Dis
Y varios miembros del consejo que solo conocían de vista.
Kili simplemente sonrió sin vergüenza alguna.
-Somos princesas-Aclaró

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