Una vez reunidos junto al fuego, Bilbo como tantas otra noches, te preguntó:
-¿Nos puedes contar una historia?-
Le miraste cansada, era divertido contar historias o cuentos a la compañia, eran como un grupo de niños que te atendían, niños barbudos y centenarios...pero eran tus niños al fin y al cabo; lo malo de contar esas histórias era que siempre se os hacía tarde y a la mañana siguiente no había nadie con la mente despejada.
Como tardabas en contestar pronto se oyeron súplicas provinientes, principalmente, de Ori, Kili y Bofur:
-Solo una-
-Venga, por favor-
-Venga, humana, no te hagas rogar-
¿Como podía una persona cuerda resistirse?
Asentíste, y te acomodáste en el tronco cerca del fuego, ellos, los más intrigados, tomaron posiciones delante de ti. Te aclaraste la garganta y tomaste una respiración, te frotaste las manos...-¡Oh, empieza ya!-
Te encantaba que fueran tan impacientes:
-Una vez, había un rey llamado Mufasa, este rey, era un león y...-
-¿Qué es un león?-
¡Maldito Kili, no podías escuchar y callar! Pensaste.
-Un león es ...como un especie de gato grande con bigotes y una gran melena dorada, es muy fuerte y valiente, más o menos como Fili- Esto último se te escapó pero intentaste arreglarlo- Físicamente me refiero-
Te sonrojaste un poco, te aclaraste la garganta y continuaste con tu historia:
-Mufasa tenía una família: Sarabi, su mujer, Simba, su hijo, y después estaba su hermano Scar. Este último le tenía unos grandes celos ya que, al ser el menor no tenía derecho al trono mientras que su hermano si....Entonces Scar le susurró: "Larga vida al rey"... Simba creció con Timón y Pumba, a pesar de críarse alejado de su manada seguía manteniendo sus instintos...Con los años Simba maduró y adoptó practicamente el mismo aspecto que su padre...-
Narraste la historia hasta el final, haciendo gesto y poniéndo voces de vez en cuando.
A la mañana siguiente, como era de esperar, teníais un sueño terrible y os costó mucho levantaros.
Una vez lograste subir a los ponis, ibas medio dormida cuando escuchaste que Fili te llamaba:-Hola- Te sonrió de medio lado.
-Hola- Le sonreíste un poco.
-Muy buena la historia de anoche-
-Gracias. Lo malo es que se nos hizo tarde-
-Sí, como siempre- Dijo, y los dos reísteis algo nerviosamente para después quedar en un silencio incómodo.
El rubio se aclaró la garganta intentando romper el hielo y tomó aire para decir algo que al parecer le parecía algo muy difícil:-¿Yo soy Simba?-
-Si- Te reíste un poco- Excepto por los ojos- Añadíste intentándo alargar la conversación como fuera.
-¿Soy tu Simba?- Preguntó.
Apretaste los labios para contener tu risa antes de decir:
-Si, Fili, tú eres mi león- Le diste un beso y adelantaste tu poni con una sonrisa en la cara, figendo que alguien te llamba.
Mientras, Fili se relamió los labios como un auténtico león moviendo sus bigotes, ahora si que se sentía realmente como un rey.
Desde el principio de la fila pudiste oír su rugido, que después se mezclo con tu risa.