Capítulo 22

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Lee Donghae jamás había cedido. Jamás. ¿Era un maníaco del control? No, pero le gustaba que todo estuviera en regla, fluyeron de forma ordenada y no se alzará hasta convertirse en un problema monstruoso e inimaginable, sentir que las cosas se hacían como quería y debían le daban la sensación de calma y tranquilidad.

Y por primera vez, en sus veintiocho años de vida cedió. Justamente a un alfa. No movió un solo músculo para ser arrastrado a orgasmo tras orgasmo mientras su cuerpo tiriteaba de placer, mientras los espasmos le sacudían hasta hacerlo perder la cordura y no saber nada más del mundos que los destellos de tras sus párpados.

El sabía tratar con alfas, tenía el dinero y la posición para darles órdenes a estos. Se esforzó por no ser débil, no parecer menos y mandar al diablo las feromonas o lo que sea que los haga ser dominantes. Les hirió el orgullo, se burlo de ellos y les demostró que era un beta con más voz de mando que todos juntos. Se esforzó mucho y ahora uno lo estaba follando como si su vida dependiera de ello.

Pero no importaba si era un alfa, eso era lo de menos. En algún momento entre el extasis y los delirios llegó a la conclusión de que no importaba que fuera un alfa, de que no importaba en absoluto porque solo habia una cosa que valía la pena, que era Lee Hyukjae. No había feromonas, dominio ni juegos de poder.

Le gustaba su sonrisa, su forma de ser, su paciencia, su corazón, sus ojos oscuros y mirada tierna, la sonrisa adorable de sus labios y lo más importante, él en sí. Cada parte de él era jodidamente perfecta, no necesito conocerlo por mucho tiempo para darse cuenta, solo necesito que se lo fallara un par de días, lo tratara como rey y respetará su decisión de mantenerlo de bajo perfil.

Era fácil pensar eso, dejar ir las molestias y preocupaciones cuando, literalmente, estaban en otro país. Además de que los orgasmos tenían a su cerebro nadando en dopamina.

Happy

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El liquido dorado llamado champán cayó en la copa de cristal. Donghae estaba acurrucado contra el pecho de Hyukjae mientras esté dejaba la botella casi vacía y bebía su copa. Con la mano libre acariciaba los rubios cabellos de su amado. Ambos habían tomado una ducha profunda y rehabilitante que los dejó adormilado, envueltos en un suave albornoz sobre una cama que parecía hecha de nubes.

—Mañana vamos a salir, quiero llevarle a BonHwa unos mangas. Aun no sabe leer pero empezaré a persuadirlo con imágenes coloridas—Un suspiro sale de los labios gruesos, y casi de inmediato bebe un poco más.

—¿Eso hiciste conmigo?—Sonríe con los párpados pesados, se abraza al torso del mayor disfrutando del aroma de las sales y los aceites.

—Sí, desde que te vi sabía que serias mío. ¿Sabes que me llamó la atención de ti?—Otro sorbo y otro suspiro. Tiene las luces encendidas, las cortinas cerradas y solo son ellos dos en una burbuja en Tokyo.

—Mi incomparable belleza—Bromea mientras se acomoda aún mejor en el cuerpo ajeno, se siente tan cómodo.

—Irradiabas poder—Está borracho pero es honesto, termina la copa con una so risa en el rostro mientras recuerda la primera vez que vio a Donghae en esa recepción de bodas.

—¿Crees que le agrade?—Pregunta con la respiración profunda y calmada.

—¿Al poder?—Hyukjae frunce el ceño sin comprender, esta ebrio y confundido.

—A BonHwa—El bebé de tres años que tenía un cuadro de sí mismo.

Hyukjae sonrió, su hijo era una criatura muy sociable, era listo, le gustaba observar el mundo y a las personas. Siempre podía ofrecer una sonrisa si sabias tratarlo bien.

—Sonríe y dale comida. Es un bebé pequeño ¿Cómo le podrías caer mal? A los bebés no le caen mal las personas o si—Está divagando, se imagina a BonHwa con esa sonrisa traviesa y esa cara adorable. No cree que las personas duden de que es hijo de Donghae, pero no lo dirá por supuesto. No quiere asustarlo.

—Glorioso—Donghae se incorpora en la cama, lo ve con los ojos castaños apenas abiertos y las mejillas encendidas por el baño reciente.

—Ahh—No entiende, por una milésima de segundo se siente confundido.

—BonHwa significa glorioso—Donghae se inclina y besa a Hyukjae, aún pensando que si las cosas sigue avanzando, hay un niño al que le tiene que agradar.

—Es un alfa pura sangre. Necesitaba un nombre a la altura—Los brazos del mayor lo rodean por la cintura, atrayendolo hasta que sus cuerpos colisionan, la copa vacía rueda por la cama y las luces se apagan con solo presionar un botón.

—Yo no puedo tener un hijo—La voz suena afligida, como si no solo se lamentará por Hyukjae sino por si mismo. El alfa no estaba tan borracho.

—Podemos adoptar uno, puede haber un vientre prestado, y busquemos un nombre que signifique magnífico.—Le besa los labios, a penumbras entre la oscuridad de lo desconocido.

—No importa si no es tuyo—Donghae no está borracho, pero es de noche y están a oscuras. Sus pensamientos más penosos están rondando y salen de sus labios con facilidad.

—BonHwa no es tuyo.—Siente un beso en la mejilla y el aroma del alcohol se mezcla con el dulzor de fresa.—Aún así sería tu hijo. Tiene tres años, te llamara papá.

Hyukjae no se da cuenta de lo que esta diciendo pero Donghae se despabila un poco. Siente una calidez dentro de él que le humedece los ojos. Y se da cuenta que no importa si no puede tener un hijo biológico, eso no significaba que no lo tendría nunca.

—Sí, podría hacerlo—Responde con una sonrisa que se cuela en sus labio.

—Y te amara igual que yo.—Hyukjae deja salir un suspiro ates de quedarse dormido, con la conversación volviéndose borrosa por el champán pero guardando en su mente ese pequeño "también te amo" que se perdió en la habitación pero se quedo en su corazón, en el de ambos.

En Contra De La Naturaleza - Eunhae - [AlfaXBeta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora