Capítulo 24

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La llamada se quedó en el olvido, al menos así fue mientras se perdían en ese día fuera del hotel. Habían terminado rondando por la ciudad, desayunando en un pequeño lugar entre calles angostas y rodeados de bares que eran maravillosos por la noche, para después llegar al museo de arte

Ambos iban como turistas, dos desconocidos en un país a kilómetros de su hogar, se tomaron de las manos como dos jóvenes en preparatoria. La sonrisa simplemente no dejaba a Donghae, estiraba la comisura de sus labios cada vez que trataba de disimularla.

—¿Te gusta?—La voz de Hyukjae lo hace venir a la realidad, Donghae no está muy seguro de a que se refiere así que solo se encoge de hombros mientras terminando e quitarse los zapatos para poder entrar a las secciones de todo el museo—Tokyo, el viaje, yo..—Avanzan en medio de un pequeño grupo que es guiado, primero dan a un pasillo cuya agua corre como un río en miniatura.

—Sí, especialmente tú—Por el espacio se sueltan de las manos, el alfa avanza tras Donghae, colocando una mano en la cintura del beta que lo hace sentirse aún más alegre. Por un simple toque.

Donghae se sentía tan bien y libre, entre más fías estaban ahí sus problemas parecían más minúsculos. Estaba en otro país, rodeado de gente que no lo conocía, de personas que no le dirigían una segunda mirada o siquiera se molestaban en verlos. Era maravilloso. La llamada de EunWoo se volvió lejana y olvidable, a pesar de que fue el comienzo aún no lo sabían.

—Hay un montón de tiendas que serían el paraíso de cualquier otaku ¿Quieres visitarlas?—La voz del alfa es baja y discreta, más un susurro íntimo.

—No soy ese tipo de persona. Pero tampoco me negaría a ir de compras.

Pasamos a la siguiente habitación. No tenía idea de lo que era pero tuvieron que atravesar el lugar que parecían almohadas o piedras suaves, fue rápido para cruzar a la siguiente habitación. Donde una danza de luces y colores llenaban el techo, como un enorme domo donde parecía tan irrealmente hermoso todo lo que pasaba por ahí. El beta se quedó de pie observando las imágenes, anonadado y sin una palabra que decir. Era tan hermoso que podía quedarse con Hyukjae ahí, rodeado de imágenes preciosas, donde nadie los conocían, solo ellos dos y...

—Pikachu.

—¿Eh?—Hyukjae lo mira confuso, su piel pálida tiene un suave tono rosado por las luces del techo, su mirada parece brillante.

—¿A BonHwa le gusta? ¿Ve esas caricaturas...?

—¡No son caricaturas! Se llaman...

—Me refiero a que le podemos llevar un peluche. Tal vez la siguiente vez que salgamos el pueda venir con nosotros, me refiero a que debería conocerlo si tu y yo...—Donghae se detiene, se niega a ver a Hyukjae porque se ve hermoso con las luces de colores en su piel y los ojos negros brillantes. Ha hablado demasiado, esta dejando de pensar que su boca y cerebro no coordinan o mejor dicho coordinan tan bien que lo que piensa sale de sus labios.

—¿Quieres pasar tiempo con mi bebé?—La voz del alfa suena ilusionada u alegre. Dice la palabra "bebé" con tanto amor y devoción que le enternece.

—Sí—Se digna a voltear a verlo, solo para que su corazón se sacuda por lo tierno y adorable que se ve el alfa. Quien se acerca hasta él y lo toma del rostro con tanta delicadeza, temeroso como si siquiera pudiese lastimarlo.—Lo nuestro aun debería de seguir siendo algo, ya sabes discreto. Apenas te hiciste socio, la inversión está comenzando y si la gente supiera, creerían que solo te busque para...

—¡Donghae!—Lo llama con firmeza, logrando que la atención giré al mayor, que el silencio detenga la cascada de palabras del rubio.—Ya había hecho la inversión cuando te conocí, aunque si me estas asegurando a largo plazo...

Un golpe en el pecho es lo que recibe, duele pero no tanto para tomárselo en serio. Ve a su beta rodar los ojos y bufanda molesto. Hyukjae está encantado de que Donghae desee conocer a BonHwa. No quería presionar el tema de su hijo con el beta, siempre quiso que hubiese una distancia respetuosa hasta que...hasta que Donghae quisiera.

—Hablo en serio, yo...

—Podemos mudarnos a Japón, abrimos una empresa aquí, ambos la dirigimos. Solo nosotros y mi pequeño BonHwa, y Hanna su madre. Ella es muy buena abogada ya encontrará trabajo, ni la notarás.—Hyukjae lo toma de las manos, esta jugando pero a la vez no, hay una esperanza, una pequeña luz que espera que Donghae le diga que si.

—Hanna me agrada—Sonrío algo avergonzado, la alfa era muy agradable y jamás ha sido celosa o territorial con Hyukjae. Incluso en las videollamadas con Bonhwa les da el espacio y cuando hay una conversación siempre lo incluye. Al igual que Hyukjae, manteniendo esa distancia para no presionarlo pero tampoco dejarlo fuera.

—Te daré su tarjeta para lo que necesites, cuentas conmigo pero no soy abogado y...—Hyukjae se detiene, dándose cuenta que la conversación ha perdido por completo el rumbo.

Y justo cuando iba a hablar se desplazaron a la siguiente habitación. Entraron e inmediatamente quedaron maravillados, si debían de describirla con una palabra era 'BRILLANTE' Luces de colores desde el techo hasta el suelo que era de vidrio, reflejando las tiras que cambiaban de colores. Azul, rojo, verde o amarillo, brillando como si fuese el cielo. Era hermoso.

—Charmander—Donghae se gira al alfa, acercándose y dándole un beso en los labios.

—¿Eh?

—Dicen que me parezco—Le besa de nuevo, se da la vuelta y camina entre las luces, lleva un pantalón enorme color gris y una camiseta blanca, Hyukjae siente como si lo viera caminar en el cielo, entre un millar de estrellas donde siempre Lee Donghae sería la más hermosa y brillante.

Estaba tan enamorado, que cuando cayera de la nube, dolería hasta el alma.

En Contra De La Naturaleza - Eunhae - [AlfaXBeta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora