En Contra De La Naturaleza - Eunhae - [AlfaXBeta]

Capítulo 42

Le dolía la cabeza. Donghae apenas había visto la foto de el y BonHwa con el titular y apago el teléfono. Familia. Así es como las noticias los llamaban, la reunión que su padre quería organizar fue un tema que se corrió como pólvora, le pidió a su progenitor que cancelara eso y cualquier celebración más porque ya no había relación. La noche anterior dejó a Hyukjae y no quería regresar.

No quería saber nada de él porque terminaría cediendo. Pero el no podía ceder, jamás lo hacía, no era un omega que atenderia a sus deseos cuando hiciera falta. Él era un beta, era presidente de una empresa, había trabajado años para ganarse ese respeto y ahora estaba ahí, como perro faldero de un alfa. Cerró los ojos y recordó las palabras del mensaje de texto.

"Su perra obediente."

Así lo llamo la noche anterior EunWoo, que de alguna manera consiguió su teléfono ¿Podría ser una treta? Probablemente. Pero le abrio los ojos. Había salido a pasear y cuidar un bebé de tres años, algo que el jamás haría. ¿Y si eso se volvía algo rutinario? ¿Sí debía de cuidar al niño? Lidiar con Hyukjae y Hana sobre si lo que hace esta bien o mal. Pudo ver la desaprobabacion del alfa la noche anterior, como si haberle dado un dulce fuese un pecado mortal. El niño no era su hijo, no tenía porque cuidarlo o preocuparse o hacerse cargo.

¡No estaba listo para eso!

No podía más. ¿En que se había convertido? No era un omega, no lo era. 

Pero tampoco era un alfa.

Le recordó su inconsciente y no pudo evitar enfurecerse. Sólo estaba ahí, de pie en medio de una sociedad que sólo valía para alfas y omegas, los betas eran sólo relleno en us historias, en su vida y en todo. Los alfas debían estar al mando del mundo y los omegas serviciales y perfectos, lo que quedaba y sobraba en medio era para los betas. Los pocos y extraños que había.

Se había esforzado tanto en sobresalir y que su trabajo fuese valorado para simplemente terminar como "su perra obediente."

Se puso de pie manejando su cabeza ara aminorar la molestia, se quedó de pie frente al espejo para verse. Anoche se sentía comí animal de ganado, marcado por su dueño que le daban ganas de vomitar. La marca que Hyukjae le había hecho se la razgo con los dedos hasta que se sacó sangre, desfigurandola un poco. Curiosamente sano rápido y no necesito volver al médico como aquella vez.

Lo peor de todo, es que a Donghae le gustaba. Todo aquello que renegó, de lo que se alejo por tanto tiempo le había gustado. El sentirse protegido, que podía apoyarse en alguien más, que contaba incondicionalmente con Hyukjae para cualquier problema que tuviera, en cualquier ámbito. Pero al mismo tiempo un repudio le creció en el interior, como si la persona que adoraba las atenciones fuera otra totalmente diferente a el.

Amaba a Hyukjae, pero se debía de amar más a sí mismo. Su vida cambió demasiado, dio un giro total que lo desvelanceo, además de tener una responsabilidad que no deseaba. BonHwa era un bebé encantador pero no era suyo. Que tal si lo hubiera perdido de verdad, los dos alfas le hubieran cortado la garganta, y si un día se le caía, o le daba de comer algo a lo que fuera alérgico y el no sabía. El no podía lidiar con eso.

Aunque debe de admitir que fue demasiado cruel con Hyukjae. Pero sabía que si se quedaba tan solo un ar de segundos más le pediría perdón de rodillas y eso es algo que no puede permitirse perder. Tiene dignidad y orgullo. Necesitaba calmarse, respirar profundo y en un par de días hablaría con el alfa, con más calma y cuidado. No le daría explicaciones a la prensa, que pensaran lo que se les diera en gana. Ya se entrarían de lo que sucedió.

Esa era la decisión correcta, alejarse de todo ese cambio que lo arrastraba como oleaje alto.

"Su perro obediente."

Donghae tuvo que admitir que ese mensaje le sacudió tanto porque lo sintió verdadero y real.

Se había alejado tanto de si mismo por ¿Amor? Sacudió la cabeza y se negó a pensar en eso.

Pero su mente divago en ello, en lo entretenido que estuvo con Bonhwa, como se divirtió con el pequeño, corriendo mientras imaginaban que los flashes eran estrellas que tintineaban demasiado cerca. Fue divertido pero casi lo perdía.

Su teléfono estaba apagado, los de su casa desconectados. Les dijo en recepción que no quería ver a nadie por lo que no los dejaran pasar.

Entonces esas preguntas que habían rondado en su mente volvieron.

¿Hyukjae lo ha llamado?

¿Lo habrá buscado?

¿Estaría en ese momento en recepción peleando para poder verlo?

¿Cómo se sentía Hyukjae?

Sacudió la cabeza alejando esas ideas de su mente. Debía ser firme con su decisión de autonomía, él no era un perro obediente.

Jamás.

Nunca.

Si esa era la decisión correcta a la que llego porque aún quería llorar como si estuviera perdiendo algo.

Hyukjae se merecía un omega y él su trabajo por el que lucho.